Here I leave, for your reading, my participation in the weekly writing contest of @theinkwell.
The Ink Well Writing Challenge | Season 2 Week 8
With my anticipated thanks.
The Queen of Eire
After a beautiful sunrise, which hardly anyone appreciated, with the exception of the shepherds, the day remained relatively cloudy.
At the end of the afternoon, a small but insistent drizzle released the clouds a bit. When the drizzle stopped, the air was filled with an extraordinary light, the perpendicular rays of the sun on the humid environment were giving the inhabitants of Glendalough a scene of celestial colors, golden colors and an intense red that degraded towards the color of blood as the sun set behind the mountain.
The petrichor filled the room with its magnificent perfume. It seemed that the sky was marking the longest day in a year that was already lost in memory.
The people of the town were meeting in the street. It was nine thirty at night when, in the silent atmosphere of admiration for the red twilight, the cry of a newborn was heard. At that precise moment a great flock of birds crossed the sky, incorporating at once the memory of the high-pitched squawks.
When a week later the newborn was presented to the druid, the man bowed before her.
"This girl's name is Brigid," he said to the astonished parents. Brigid was the name they had thought of for the girl, although they had not wanted to discuss it with anyone until the moment of her presentation in the community.
"She will live with you until she is nine, she is predestined. She is a daughter of the goddess Brigid, daughter of the goddess Dagda, belongs to the lineage of Danann. In this girl is the summary of our blood. He has the reddest hair I've ever seen."
The mother held the baby against her chest. The druid's words reminded her that her people, that her parents and grandparents, and that she herself had been waiting for the envoy who would deliver them from the Fomoré, the giants who lived on the neighboring islands.
Then a fear greater than that of the relentless giants filled his chest.
The druid offered them tea. When they left the forest, they walked convinced that they had received a blessing from heaven.
Nine years later they returned to that same forest with Brigid turned into a beautiful girl, whose most outstanding characteristic was the fiery color of her beautiful hair. His birth had marked the beginning of a time.
From now on he would receive the training that was due him by virtue of his divine descent. According to this condition he had a triple character. She was, at the same time as a member of the priestly class destined for the intelligentsia, inspiration and poetry, also a warrior. Her third condition forced her to know the life of shepherds, farmers and artisans.
At her side, young people and adults from all corners of the kingdom of Eire began to train in the arts of war, preparing for the legendary event that would come when the phenomenon of heaven that had happened when she was born was repeated.
After three years, Brigid began to believe that her destiny was governed by the dream of a seer. In the dream, which had been passed down for four generations, the seer glimpsed his own death. On his ascent, carried by the black birds of death, he wanted to look at his hut for the last time, but instead of his desire what he glimpsed was the figure of a young woman with hair like fire rising on the top of the mountain highest in Glendalough. In his right hand he raised the scepter emblem of the kingdom. On his left side, holding hands, a human chain crossed the town and extended to infinity. Kulhch, who was the seer's name, stared in amazement as the corpses of the giants descended from the Fomoré lay down among the valleys, and how a stain of blood flowed into the town's two lakes.
Everything that Kulhch glimpsed in his dream was told in person to his cousin King Arthur, who had it interpreted by the soothsayers who confirmed the death of the seer in three days, which indeed happened.
Thus was born the prediction of the birth of this daughter of the Goddess Brigid who was now happily preparing to be the mother of an entire nation.
This story of Brigid is not collected in the "youth stories" that speak of the mabinogion, that is, the descendants of the ancient divinities of ancient Eire, today known as the Republic of Ireland.
We all know that many stories were lost in the mists of time. Recovering these events and Brigid's adventures is said to be, by design, up to the red-haired people.
La Reina de Eíre
Después de un hermoso amanecer, que casi nadie apreció, con la excepción de los pastores, el día se mantuvo relativamente nublado.
Al finalizar la tarde una llovizna menuda pero insistente descargó un poco las nubes. Cuando dejó de caer la llovizna, el aire se llenó de una luz extraordinaria, los rayos perpendiculares del sol sobre el húmedo ambiente estaban brindando a los habitantes de Glendalough una escena de colores celestes, dorados y de un rojo intenso que se degradaba hacia el color de la sangre en la medida en la que el sol se despedía.
El petricor llenaba el ambiente con su magnífico perfume. Parecía que el cielo estaba marcando el día más largo de un año que ya se perdió en la memoria.
La gente del pueblo fue encontrándose en la calle. Eran las nueve y treinta de la noche cuando, en el silencioso clima de admiración por el rojo crepúsculo, se oyó el llanto de una recién nacida. En ese preciso instante una gran bandada de pájaros cruzó el firmamento, incorporando al momento el recuerdo de los agudos graznidos.
Cuando una semana después la recién nacida fue presentada ante el druida, el hombre hizo ante ella una reverencia.
—Esta niña se llama Brigid —dijo a los asombrados padres. Brigid era el nombre que ellos habían pensado para la niña, aunque no lo habían querido comentar con nadie hasta el momento de su presentación en la comunidad.
—Vivirá con ustedes hasta los nueve años, está predestinada. Es una hija de la diosa Brigid, hija de la diosa Dagda, pertenece a la estirpe de Danann. En esta niña está el resumen de nuestra sangre. Tiene el pelo más rojo que jamás haya visto.
La madre apretó a la bebé contra su pecho. Las palabras del druida le recordaron que su pueblo, que sus padres y abuelos y que ella misma habían estado esperando al enviado que los libraría de los Fomoré , los gigantes que vivían en las islas vecinas.
Entonces un temor más grande que el que le tenía a los implacables gigantes llenó su pecho. El druida les ofreció un té. Cuando salieron del bosque caminaron convencidos de haber recibido una bendición del cielo.
Nueve años después regresaron a ese mismo bosque con Brigid convertida en una hermosa niña ,cuya característica más sobresaliente era el color encendido de su bella cabellera. Su nacimiento había marcado el inicio de un tiempo.
Desde ahora recibiría el entrenamiento que le correspondía en virtud de su descendencia divina. Según esa condición poseía un triple carácter. Era, a la vez que miembro de la clase sacerdotal destinada a la intelectualidad, a la inspiración y a la poesía, también una guerrera. Su tercera condición la obligaba a conocer la vida de pastores, labradores y artesanos.
A su lado comenzaban a entrenarse, en las artes de la guerra, jóvenes y adultos llegados de todos los rincones del reino de Eíre, preparándose para el acontecimiento legendario que habría de llegar cuando se repitiera el fenómeno del cielo que había sucedido cuando nació ella nació.
Transcurridos tres años, Brigid comenzó a esterarse que su destino estaba regido por el sueño de un vidente. En el sueño, que se había transmitido por cuatro generaciones, el vidente vislumbró su propia muerte. En su ascenso, llevado por los pájaros negros de la muerte, quiso mirar su choza por última vez, pero en lugar de su deseo lo que vislumbró fue la figura de una joven con el pelo como fuego que se levantaba en la cima de la montaña más alta de Glendalough. En su mano derecha levantaba el cetro emblema del reino. A su lado izquierdo tomados de las manos una cadena humana atravesaba el pueblo y se extendía al infinito. Kulhch, que así se llamaba el vidente, contempló asombrado cómo estaban abatidos entre los valles los cadáveres de los gigantes descendientes de los Fomoré y cómo una mancha de sangre manaba hacia los dos lagos del pueblo.
Todo lo que Kulhch vislumbró en su sueño se lo contó en persona a su primo el Rey Arturo, quien lo hizo interpretar por los adivinos que ratificaron la muerte en tres días del vidente, lo que en efecto ocurrió.
Así nació el vaticinio del nacimiento de esta hija de la Diosa Brigid que ahora se preparaba alegremente para ser la madre de una nación entera.
Esta historia de Brigid no está recogida en los “relatos de jóvenes” que habla de los mabinogion, es decir de los descendientes de las antiguas divinidades de la antigua Eíre, hoy conocida como la república de Irlanda.
Todos sabemos que muchas historias se perdieron ente las nieblas del tiempo. Se dice que recuperar estos eventos y las aventuras de Brigid corresponde, por designio, a las personas de pelo rojo.
THANKFORREADING
#GRACIASPORLEER
