Koi fish pond
The first months of that relationship were good. Everything was given to me in abundance and without qualms: attention, money, sex, love. Like a child with a new toy, I was happy to tears:
"I'm afraid of losing you" - he kept repeating to me.
"You will never lose me,” I assured him.
"Do you love me like I love you?" -I asked whenever I could.
"I loved you more,” I repeated, unconsciously sensing his lack of self-esteem, his fear, his insecurity. And although the alarms must have gone off in my head, the survival instinct of a woman in love is off.
"He is a narcissist, a manipulator, a jealous, a sick man. Get out of that relationship" - and although inside me there was a little voice telling me that everyone was right, a part of me justified every act, every fight, every behavior, every ferocity of a caged animal:
"I didn't go to the party because I didn't want to go, not because he stopped me. I like to dress like this, because it's more comfortable. I don't like going out at night anymore because of the danger. He doesn't forbid me anything, I'm the one who sets limits for myself".
But in the intimacy I saw how he checked my cell phone, smelled my clothes, my body, he questioned me:
"Who did you see today?" -he would ask and expect me to give him the inventory of the people I came across during the day. Other times, while checking my cell phone, I would inquire:
"Whose is this number you talked to for two minutes?" -He would stare at me, not shy to show his anger and not realizing how small he was making himself to me:
"A student to consult me on a subject,” I would answer quickly, trying not to make him feel like a loser, sure of what would come next: a bitter word, dark eyes, a slammed door, or a sleepless night wondering why, why, why. Then, the next day, a message of apology and an I love you in capital letters from him and an “I love you too” from my device, wiped it all away, like that soggy rag passed over a wet table in an old bar: wet on wet...
One afternoon in September, while watching a TV program about koi fish, in which it was said that the male koi can stress the female and that is why it is necessary to take her out of the pond so that she does not die, I saw myself in that fish that swam erratically crashing against the tank and plunged into the deepest part of the pond as a suicidal act. Like one who wakes up in the middle of the darkness, aware of having had a nightmare, I opened my eyes and realized how difficult it would be to get out of that pond where I was stuck.
It took the flight of a blue butterfly, as a definitive sign, for the one who had always been a loser to get out of the game. In October, after a long fight and breaking down the door, as was his custom, he sent me a message saying:
"I love you, I miss you. It's my fault, but I don't want to lose you" - and I, instead of replying as usual, simply deleted the chat and blocked the number, sure to take a new, safer and less painful path.
All images are free of charge and the text is my own, translated in Deepl
Thank you for reading and commenting. Until a future reading, friends
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El estanque de los peces koi
Tal vez fueron sus ojos color miel que sonreían cada vez que me veían, sus atenciones exageradas que hacían que me sintiera como una princesa o sus chistes de cosas cotidianas y absurdas. O tal vez fue mi poca experiencia en relaciones amorosas, mi ego inflado de saberme deseada por un hombre mucho más joven. Aún hoy no sé qué fue. Tal vez coincidencia, destino, la obligatoriedad o necesidad que tiene la gente de perderse en algún camino para poder retomar la senda buena, pero hace algunos años entré en un laberinto en el que estuve a punto de perderme.
Los primeros meses de aquella relación fueron buenos. Todo se me dio en abundancia y sin reparos: atención, dinero, sexo, amor. Como niña que tiene juguete nuevo, fui feliz hasta las lágrimas:
_Tengo miedo a perderte –me repetía él.
_Nunca vas a perderme –le aseguraba yo.
_¿Me amas como te amo yo? –preguntaba cada vez que podía.
_Te amo más –le repetía, presintiendo inconscientemente, su falta de autoestima, su temor, su inseguridad. Y aunque las alarmas debieron prenderse en mi cabeza, el instinto de sobrevivencia de una mujer enamorada está apagado.
El que yo estuviera ciega o desorientada, no significaba que los otros no vieran lo que yo era incapaz de ver. Así que cada día tenía que escuchar voces de mi entorno que me advertían:
_Es un narcisista, un manipulador, un celópata, un hombre enfermo. Sal de esa relación –y aunque dentro de mí había una vocecita que me decía que todos tenían razón, una parte de mí justificaba cada acto, cada pelea, cada comportamiento, cada ferocidad de animal enjaulado:
_Yo no fui a la fiesta porque no quería ir, no porque él me lo impidiera. Me gusta vestirme así, porque es más cómodo. Ya no me gusta salir de noche por el peligro. Él no me prohíbe nada, soy yo la que me pongo límites.
Pero en la intimidad veía cómo revisaba mi celular, olía mi ropa, mi cuerpo, me interrogaba:
_¿A quién viste hoy? –preguntaba y esperaba que le diera el inventario de las personas con las que me topaba en el día. Otras veces, mientras revisaba mi celular, indagaba:
_¿De quién es este número con el que hablaste dos minutos? –me miraba fijamente, sin pena de demostrar su rabia y sin darse cuenta de lo pequeño que se estaba haciendo para mí:
_Un estudiante para consultarme sobre un tema –contestaba yo rápidamente, intentando no hacerlo sentir perdedor, segura de lo que vendría luego: una palabra amarga, unos ojos oscuros, un portazo o la noche en vela preguntándome por qué, por qué, por qué. Después, al día siguiente, un mensaje de disculpas y un te amo en mayúscula de su parte y un “yo también te amo” de mi dispositivo, lo borraba todo, como aquel trapo empapado que se pasa sobre la mesa mojada de un bar viejo: mojado sobre mojado…
Y así, como cuando las cosas van mal y se ponen peor, sin percatarme, comencé a enflaquecer: perdí el apetito y las ganas de todo. Mi cabello comenzó a caerse como si fueran las hojas de un árbol en pleno otoño y mi piel palideció como si hubiese escapado la sangre de mis venas. Sin darme cuenta, perdí el rumbo, perdí la luz y entré en lo oscuro.
Una tarde de septiembre, mientras miraba un programa en la televisión sobre los peces koi, en el que se aseguraba que el macho koi puede estresar a la hembra y por eso hay que sacarla del estanque para que no muera, me vi en aquel pez que nadaba erráticamente estrellándose contra la pecera y se sumergía en lo más profundo como un acto suicida. Como aquel que se despierta en mitad de la oscuridad, consciente de haber tenido una pesadilla, abrí los ojos y me di cuenta lo difícil que sería salir de aquel estanque donde estaba metida.
Se necesitó el vuelo de una mariposa azul, como señal definitiva, para que aquel que siempre había sido un perdedor, saliera del juego. En octubre, luego de una larga pelea y de tirar la puerta, como era su costumbre, me envió un mensaje diciéndome:
_Te amo, te extraño. Es mi culpa, pero no quiero perderte – y yo, en vez de responder como siempre, simplemente borré el chat y bloquee el número, segura de retomar un nuevo camino más seguro y que duela menos.
Oh yes I remember the blue butterfly!
It seems blue has a big significance in your life.
Sending you a great big blue butterfly hug Nancy :)
Usually the blue things come to help or protect me! A hug for you, Ed. :D
Thank you for your appreciation and support, friends
Most times, we find ourselves in situations so hard to get out of. The struggle to get out of them is so tough and real. But when we do leave, the light outside is so beautiful and bright.
I'm glad you took that bold step.✨
I am also glad and thankful for it. No one deserves to be in a place where they can't be. Greetings and thanks for commenting
You have done the best removing him from your life. He has not shame in checking everything you do whereas, you were still obedient. Even after succumbing to him, you were still bearing his kind of character.
No one can try that thing you had tried out.
One is the one who must set limits and although at the beginning I didn't set them, the time has come to say enough, thank God. Greetings and thank you for your comment
What a difficult experience you had to go through. I've seen many cases like the one you're telling us about; it's a common denominator in toxic relationships.
Wonderful storytelling that brings to life what you experienced during that difficult time. Very good work.
Thanks for sharing your experience with us.
Excellent day.
Yes, in our macho societies, it is common for us to normalize some “toxic” behaviors, arguing that it is love. Thanks for your comment, friend. Have a nice Thursday.
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