The keys
Anna took them and looked at them carefully: she had never seen those keys before: silver, small, uneven. Without much thought, she tried the keys in each of the doors of the house and none of them fit the locks. Guided by her instinct and feeling her heart begin to pound, she reached into her purse for the keys to the business she and her husband, Antonio, had set up a year ago. She put one key on top of the other and they were different: obviously the keys were not the keys to the shop either.
Although the afternoon was cool, Anna felt her body start to sweat and shiver. A thousand thoughts were going through her head, but she tried to calm down and be reasonable:
"When Antonio comes, he'll tell me where they are from and we'll laugh about it",_ thought Anna trying to control her emotions.
"Today is Friday, let's go for a walk and have a drink",_ expressed Lola, but Anna's voice sounded restless and somewhat annoyed:
"I really don't feel like going out, Lola. I'd rather wait for Antonio who is early today". -Anna apologized, trying not to be rude.
"I understand you. As newlyweds, you have to wait for the smallest moment to be together,” laughed Lola and added, ”See you next week. Then the call between the friends ended:
"I'd better not say anything to Lola because she is always alarmist and negative, and she is going to tell me that she told me, that Antonio is not trustworthy, that he hides things -thought Anna feeling worse in her soul.
"And these keys?" -she stretched out her hand and shoved the keys in the man's face. Antonio staggered and hesitated, like one who receives a blow in the face, then cleared his throat and assured:
"I don't know. I've never seen those keys before,” he answered and threw the briefcase on the sofa.
"What do you mean, you haven't? I found them in one of your desk drawers,” Anna cried, on the verge of tears.
"And what were you doing going through my things, Anna Elena?" -You know I don't like them touching my things.
"Don't act stupid and answer me the question, Antonio: Whose keys are these and whose house are they from?" -he asked, his lips trembling.
"They belong to the business,” he said and dodged Anna's gaze.
Of course not, Antonio, I just compared them, and they are not the business keys,” Anna felt that her head was going to explode. Antonio saw his wife's anger and tried to calm her down:
"Okay, calm down. I'm going to tell you the truth, but please, stay calm my love. I don't want you to have a heart attack,” he hugged her and although Anna wanted to get out of his arms, Antonio didn't let her:
"That key is from a bachelor apartment I had before I met you. But I sold that apartment after we became sweethearts,” he confessed with an innocent face. Anna didn't know what to say and in a low voice asked, no longer with much strength, letting herself be hugged by Antonio:
"And why do you still have the keys?" -She looked him in the eyes. Her husband was beautiful and she was madly in love with him.
"I didn't remember keeping those copies. But just so you can see I'm not lying, give me the keys and see what I do with them,” said Antonio and took the keys Anna gave him. Then he got up and threw them out of the window into the street:
"I am only interested in you, my love",_ said Antonio to an Anna who let herself be caressed and kissed by him.
"You should go. You've spent all week at home,” Antonio advised, caressing Anna's face.
"Do you think so?" -asked Anna. She really enjoyed going out with her friends and it was true: she had spent the whole week cooped up.
"Yes, go and have fun. I'm going to watch a game on TV". -After getting ready and calling Lola, Anna left in her car to meet her friend. Antonio, after seeing the car drive away, left the house and looked in the garden, shining the flashlight of his phone. Among the bushes were the keys, Antonio took them, shook them and put them in his pocket:
"I must keep these keys in a safe place",_ he thought, entering the house and turning on the TV.
All images are free of charge and the text is my own, translated in Deepl
Thank you for reading and commenting. Until a future reading, friends
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Las llaves
Apenas tenían 6 meses de matrimonio, cuando Anna encontró aquellas llaves. Las encontró sin querer. Estaba buscando unas facturas en el escritorio del esposo cuando las encontró, debajo de unas carpetas de cuero, como si estuvieran escondidas.
Anna las tomó y las observó detenidamente: nunca antes había visto aquellas llaves: plateadas, pequeñas, desiguales. Sin pensarlo mucho, probó las llaves en cada una de las puertas de la casa y ninguna encajó en las cerraduras. Orientada por su instinto y sintiendo que el corazón comenzaba a latirle con fuerza, buscó en su bolso las llaves del negocio que su esposo, Antonio, y ella habían montado desde hacía un año. Puso una llave encima de la otra y eran diferentes: obviamente las llaves tampoco eran del local.
Aunque la tarde estaba fresca, Anna sintió que empezaba a sudar y a temblarle el cuerpo. Por la cabeza le pasaban mil pensamientos, pero intentó calmarse y ser razonable:
_Cuando venga Antonio, me dirá de dónde son y nos reiremos del asunto –pensó Anna intentando controlar sus emociones
En ese estado de excitación, prefirió quedarse en casa, a pesar de que su amiga Lola la convidó a tomarse un café:
_Hoy es viernes, demos una vuelta y tomemos algo –expresó Lola, pero la voz de Anna se escuchaba inquieta y algo molesta:
_Realmente no tengo ganas de salir, Lola. Prefiero esperar a Antonio que hoy llega temprano. –se disculpó Anna intentando no ser grosera.
_Te entiendo. Como recién casados, deben esperar el mínimo momento para estar juntos –se rio Lola y añadió- Nos vemos la semana que viene. Entonces terminó la llamada entre las amigas:
_Mejor no le digo nada a Lola porque ella siempre es alarmista y negativa, y me va a decir que me lo dijo, que Antonio no es de fiar, que oculta cosas –pensó Anna sintiéndose peor anímicamente.
Antonio llegó pasadas las 6 de la noche. Anna ya caminaba por las paredes de la desesperación. Inmediatamente que el esposo entró a la casa y luego de esquivar un beso que Antonio intentó darle en los labios, sacó las llaves y preguntó, cortante, desafiante, molesta:
_¿Y estas llaves? –estiró la mano y le puso las llaves en la cara el hombre. Antonio se tambaleó y dudó, como el que recibe un golpe en el rostro, luego se aclaró la garganta y aseguró:
_No sé. Nunca antes había visto esas llaves –respondió y tiró el maletín en el sofá.
_¿Cómo que no? Las encontré en una de las gavetas de tu escritorio –gritó Anna a punto del llanto.
_¿Y qué hacías revisando mis cosa, Anna Elena? –preguntó Antonio ofendido- Sabes que no me gusta que toquen mis cosas.
_No te hagas el estúpido y respóndeme la pregunta, Antonio: ¿De quién son estas llaves y de qué casa son? –preguntó y le temblaban los labios.
_Son del negocio –expresó y esquivó la mirada de Anna.
_Claro que no, Antonio, acabo de compararlas, y no son las llaves del negocio – Anna sentía que la cabeza le iba a estallar. Antonio vio la ira de su esposa e intentó calmarla:
_Ok, cálmate. Te voy a decir la verdad, pero por favor, quédate tranquila mi amor. No quiero que te dé un infarto –la abrazó y aunque Anna quería zafarse, Antonio no la dejó:
_Esa llave es de un departamento de soltero que yo tenía antes de conocerte. Pero yo vendí ese departamento después que nos hicimos novios –confesó con cara inocente. Anna no sabía que decir y con voz baja preguntó, ya sin mucha fuerza, dejándose abrazar por Antonio:
_¿Y por qué tienes todavía las llaves? –lo miró a los ojos. Su esposo era hermoso y ella estaba locamente enamorada de él.
_No recordaba haberme quedado con esas copias. Pero para que veas que no miento, dame las llaves y mira lo que hago con ellas –dijo Antonio y tomó las llaves que Anna le daba. Luego se levantó y las tiró a la calle, por la ventana:
_Solo me interesas tú, amor mío –afirmó Antonio ante una Anna que se dejaba acariciar y besar por él.
_Lola me llamó para invitarme a una noche de chicas –dijo Anna acurrucada en los brazos de su esposo, después de una hora.
_Deberías ir. Has pasado toda la semana en la casa.- aconsejó Antonio acariciando el rostro de Anna.
_¿Te parece? –preguntó Anna. Realmente disfrutaba salir con sus amigas y era cierto: había pasado toda la semana encerrada.
_Sí. Ve y diviértete. Yo voy a ver un juego en la tele. –aseguró Antonio y luego de arreglarse y llamar a Lola, Anna salió en su carro rumbo a encontrarse con su amiga. Antonio, luego de ver el auto alejarse, salió de la casa y buscó en el jardín, alumbrando con la linterna de su teléfono. Entre los arbustos estaban las llaves, Antonio las tomó, las sacudió y se las metió en el bolsillo:
_Debo guardar estas llaves en un lugar seguro –pensó entrando a la casa y encendiendo la tele.
I can't stop thinking about what Antonio is hiding with such zeal. A very enjoyable read with an ending that leaves us in suspense.
Thanks for sharing your story with us.
Good day.
Anna's suspicions are certainly true! Thanks for your comment, friend. Regards
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Feliz y agradecida por vuestro apoyo, amigos. Muchas gracias y que sigan los éxitos
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