Caminaba por el centro comercial y al mirar hacia arriba me encantó lo que veía. Pensé en lo bien que quedarían una fotografía con todas las luces en ese lugar. Me dispuse y solo hice un solo disparo. Una sola fotografía fue suficiente para mí.
Estaba en el centro comercial con la excusa de ir a recoger una amiga, la idea era trasladarnos a otro lugar para compartir y disfrutar de un fabuloso atardecer llanero.
En Venezuela, el arpa, cuatro y maracas, son símbolo de nuestro folclore nacional. Se siente orgullo cuando cada músico hace sonar su instrumento.
Este señor dueño del arpa es uno de los mejores arpistas del país. Literalmente decimos hace llorar su instrumento cada vez que lo tiene frente a él.
Además el evento me dió la oportunidad de reencontrarme con grandes amigos. Fui invitada por uno de los músicos y una cantante; mi mayor sorpresa fue encontrar a otros compañeros en el mismo lugar, creo que la sorpresa fue especialmente para mi.
El atardecer llanero reunió a más de veinte artistas. Lamentablemente no logré verlos a todos por la hora de culminación del evento.
Mi bella amiga con su espectacular voz abrió el espectáculo y dejó a más de uno con la quijada en el piso. Es una artista muy completa y un talento único, en términos de raiking, Eliana está muy cerca de los primeros lugares en este género de música venezolana.
Un selfie no podía faltar para esta celebración. Con este grupo de imágenes quizá poco convencional o de las que poco suelo utilizar, hago mi entrada al concurso del amigo @monster-one desde la comunidad #rincon-fotografico.
