No hay peor ciego, que aquel que tiene las oportunidades en sus narices y se niega a ver.
Pasa en la vida, cotidianamente, a todos. El factor que hace que eso cambie somos nosotros mismos. Saber cómo manejar ambas situaciones.
Vivir en la realidad es cierto, pues de no ser así entonces se considera que se debe internar en un sanatorio. Sin embargo, el objetivo nace de un sueño, que con constancia, es una meta que se vuelve realidad.
Muy buena reflexión, hermano.
gracias por leerme y dejar este genial comentario, amigo. Estamos mal educados en esto de ver las oportunidades y aún con la mejor disciplina, a veces olvidamos muchos tesoros cotidiano, ambos extremos son malos, porque yo, en lo particular, busco el de la jungla y a veces se me olvida con el que tengo frente a mí todos los días, también puedo hallar alguna buena oportunidad. Un abrazo