El boxeador/Por @acostacazorla

in Literatos4 years ago
Es de madrugada. A lo lejos se escuchan ladrar los perros; hace frío; se pone su chaqueta más gruesa, con capucha, la balanza dice que son cinco kilos por encima; correrá una y hora media al menos,aunque sabe que no será suficiente, pero debe correr, o ya no serán 5, sino seis por encima. Hacer 57 kilos y medio se le está haciendo casi imposible, el mide 1, 70 cm., tiene piernas largas y fuertes, como todos los de su pueblo. Cuando tenía 20 años los hacía fácil, pero con el tiempo se ha hecho casi imposible.

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Ya está de regreso en la mansión que compró; todos duermen aún, la balanza dice que descontó dos kilos, tira la ropa empapada de sudor en el piso, se mira desnudo en el espejo y se dice: "No hay grasa, ¿qué quieren que haga?".

Entra aún desnudo a la habitación; la mujer duerme con sus dos hijos, se ducha con agua tibia, siente como el agua corre por su cuerpo; recuerda el río de su pueblo y ríe, toca la cicatriz de su arco superciliar y nota que está muy gruesa. "Así se partirá fácil muy pronto" piensa.

Son las 8 de la mañana, la mansión del campeón cobra vida, llegó la hora de la segunda jornada de entrenamiento, esta vez irá la prensa, tres esparring nuevos irán hoy.

La balanza estará arreglada, solo medio kilo por encima, eso dirá, y todos aplaudirán; harán vítores por mí, y los dólares se dibujarán en los sueños de todos.

Es de noche, acaba de regresar de la tercera jornada de trabajo: sombra y pera loca; casi no ha comido, tiene mucha hambre, recuerda sus inicios en el pueblo, va al refrigerador, ve un pan, jamón y queso; prepara un gran sandwich, se lo come despacio, feliz, como nunca en su vida.

Llegó el día del combate, la balanza dice seis kilos demás, correrá tres horas comiendo chiclés y escupiendo, tiene que deshidratarse , tiene puesta una chaqueta plástica,
el sol ayudará, cuatro muchachos, boxeadores jóvenes lo acompañarán.

Está de regreso, jadeante, el peso marca perfecto; pero él está muerto de hambre; todos están sentados a la mesa. "Llegó el campeón", gritan. Le sirven un vaso de jugo de naranja, una rebanada de pan integral y una telita de queso.

Sube al ring, su joven rival lo mira como una fiera, tiene hambre de ganar, él lo mira desde arriba, lo ve venir como una tromba hacia él, lo espera un gancho al hígado y ya; cae destruído.

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Sube los brazos, la esposa se lanza sobre él, el público lo aclama, y él, muy dentro de sí, solo quiere comer algo, en paz.

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