Fue una noche en Semana Santa, donde algunos niños contaron historias de terror...
Josmil, Andres, Sofia y Jipson, cuatro niños estaban en una cabaña, que solían usar como punto de encuentro, en horas de las doce y media de la noche, las luces de las linternas formaban sombras en las esquinas, las caras de los chicos pálidas y tensas flotaban como globos en la oscuridad.
Josmil fue el primero que relató su historia, y comenzó así:
Les contaré por qué es llamada la cabaña del terror.
Un vecino fue colgado en el marco de una puerta, hace mucho tiempo, mi querido abuelo, vive a la vuelta de la esquina de mi casa, me contó la historia.
Dijo que dicho hombre se llamaba Alejandro y que estaba totalmente loco, todos le temían por las noches, gritaba y se escuchaban extrañas voces en su casa aunque el chico vivía solo, todos los días aparecía un perro muerto en su casa, algunos vecinos murmuraban que los envenenaba, Otros, que los usaba como sacrificios para el Diablo.
Dijo que dicho hombre se llamaba Alejandro y que estaba totalmente loco y todos le temían por las noches gritaba y se escuchaban extrañas voces en su casa, aunque el chico vivía solo todos los días aparecía un perro muerto en el jardín de su casa, algunos vecinos murmuraban que los envenenaba, otros que los usaba como sacrificios para el diablo.
Dijeron que susurraba cosas terribles y que en una ocasión atacó con un machete a un vendedor de periódicos que pasaba por el lugar, lo cual fue motivo para ingresarlo en un manicomio, pero después de un año lo liberaron un mes después lo encontraron colgando en el marco de la puerta de esta misma cabaña.
¿Eso es todo?", dijo Sofía," algo decepcionada con la historia.
Jipson negó con la cabeza, haciendo caras de asustado, cuenta un incidente que le ocurrió relevante a la historia que contó josmil.
Hace unos meses me encontraba caminando por este lugar, cuando levanté la vista
lo vi. Vi a Alejandro, estaba colgando de este marco, al principio pensé que era un muñeco que alguien había puesto allí como una broma, pero no era un muñeco, era un espectro, sus pies todavía se movían y emitía horribles sonidos de ahogamiento.
Era la hora de la siesta, lo recuerdo, y no había nadie en las calles corrí y entré a mi habitación y no salí por el resto de la tarde.
Dos días después lo volví a ver, era de noche y estaba a punto de quedarme dormido cuando escuché un ruido en el exterior de mi habitación, miré por la ventana, y la puerta de esta cabaña todavía estaba abierta, vi cómo su cabeza colgaba de una cuerda, se balanceaba por el viento y sus ojos... Sus ojos estaban fijos en mí, brillaban en la oscuridad.
Cerré mi ventana y oré hasta que estuve dormido al día siguiente, Firulay, mi perro lo encontramos muerto.
¡Oh, por el amor de Dios!" dijo Sofía", llevándose la palma de la mano a la boca.
Creo que será mejor que pares, ¿de acuerdo? Tartamudeó Andrés, mirando a sus amigos pero sin demostrar miedo alguno.
Levantando la voz Jipson, mi perro estaba muerto en el jardín, incapaz de contenerse, tieso como una piedra, lo enterramos en el patio y cuando miré hacia la cabaña, el malvado Espectro estaba allí, colgado y sonriendo burlonamente esa fue la última vez que lo vi, al menos hasta hoy, ahora quiero invocarlo, quiero tenerlo cara a cara y vengarme por la muerte de mi perro.
¡Estás loco! Susurró Andrés, ya incapaz de ocultar su miedo ¿Qué demonios vas a hacer?
Dijo (josmil) - estamos en Semana Santa y la línea que nos separa del mundo de los muertos es más delgada que nunca sacando una cuchara del bolsillo le dice a sus amiguitos, esto le perteneció al hombre muerto estaba leyendo un libro de magia negra y sé cómo invocarlo!
¡Cállate de una vez, por favor!, Dijo Sofía, con voz débil.
Te invoco, Te llamo Alejandro, dijo Josmil, colocando la cuchara entre sus manos ahuecadas, de repente sus ojos se quedaron en blanco y su cuerpo comenzó a balancearse adelante y atrás como en un trance.
Te invoco en el nombre de tu señor, maestro y habitante de la oscuridad, debes responder por la muerte de mi perro y por todo el daño que has hecho en esta vida.
¡Cállate de una vez, idiota, yo lo envenené! Le gritó Sofía.
Por un momento nadie habló en la cabaña, lentamente muy lentamente, Josmil recuperó la compostura y miró a Sofía, con una expresión de incredulidad lastimada.
¡De qué diablos estás hablando! Le dice Josmil.
¡Lo odiaba! Dijo la niña.
Odiaba a Firulay, y lo siento mucho, cada vez que transitaba con mi bici por el frente de tu casa tu perro trataba de morderme te dije que le pusieras una correa, pero siempre te burlaste de mí y un día no pude soportarlo mas y le arrojé carne envenenada, esa fue la causa de que tu perro muriera no fue ningún maldito espíritu fui yo.
¡No puedo creerlo! Respondió Josmil impresionado.
Los cuatro permanecieron en silencio, sin saber qué decir y evitando cruzar sus miradas.
Fue allí donde escucharon el crujido.
Un crujido como una hamaca balanceándose en la oscuridad, no había hamaca y los niños lo sabían, se miraron el uno al otro "sus rostros se contrajeron de miedo"
Luego la cabina comenzó a temblar violentamente.
Se escucharon voces aterradoras desde el otro lado de la cabaña, las ventanas se oscurecieron por completo.
Elevándose la casa muy alta, se aferraron donde pudieron y gritaron hasta quedar roncos.
La puerta débil de la pequeña casa se abrió y Sofía fue la primera en caer al vacío. Jipson la siguió, y finalmente Josmil.
Andrés se quedó aferrándose fuertemente a una madera astillada que sobresalía de las paredes.
Los temblores se hicieron más fuertes, y el niño gritó y lloró al mismo tiempo ¿qué es lo que quieres? Grito sin fuerzas. "¡Dime! ¿Qué es lo que quieres? Y oyó una voz, una voz oscura y demoníaca desde el fondo del follaje que decía: ¡más perros, más animales, más sacrificios para nuestro Maestro ¡Lo haré! ¡Andrés, sollozo, ¡juro por lo que más quieres que haga! Pero por favor, déjenme vivir...
La cabaña comenzó a inclinarse hasta caer.
Andrés fue el único sobreviviente de la tragedia.
Los otros tres murieron aplastados por el pavimento de esa cabaña. "El terrible accidente de la casa de madera", informaron los periódicos de esa localidad.
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