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María y Juan tienen un problema. Llevan tiempo saliendo, y han pasado de la caricia accidental, al beso. Del beso a la caricia intencional, y de la caricia intencional al toqueteo franco y abierto. Sus manos han recorrido todo el camino, y sus labios se muerden ya como viejos conocidos, pero no han consumado la relación.
Como buen par de pre-adolescentes católicos mal informados, que han sido educados con sentimientos de culpa desde la tierna infancia, han ido más allá de lo que ambos hubieran pensado, y solo les queda un paso que no se atreven a dar, y no por falta de oportunidad, sino por miedo.
No es que no sepan que hacer, hace mucho que lo tiene claro, su temor son las consecuencias, y con ello no me refiero a un posible embarazo, sino a otro tipo de implicaciones, más emocionales y existenciales que biológicas.
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— ¿Me amas?
— No lo sé. ¿Y tú a mí?
— Tampoco lo sé.
— ¿Y si lo hacemos, nos amaremos?, ¿hacerlo es amar?
— No sé. Pero por algo le dirán "hacer el amor" ¿no?
— Supongo. Pero no entiendo como hacer lo que vimos en aquella revista puede crear amor. Entiendo que puedo embarazarme si no usamos condón, pero ¿hacer amor? No entiendo, y me asusta.
— ¿Te asusta el amor?
— Me asusta no entender eso de hacer el amor. Es que no tiene sentido. Si es tan fácil porque la gente se separa. ¿Porqué mis papás y los tuyos se divorciaron? ¿Porqué medio mundo se divorcia?
— También le llaman coger y follar, varía según el país... creo.
— ¿Y cual es la diferencia?
— Ni idea.
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— ¿Y cómo sabremos si estamos cogiendo, follado o haciendo el amor? Todo esto me confunde. ¿Y si nuestros padres en vez de hacer el amor, cogían o follaban y por eso se separaron? ¿Qué tal si nos pasa lo mismo?
— El problema es que al parecer hacer el amor y coger son lo mismo.
— ¡¿Cómo chingados van a ser lo mismo?¡
—Supongo que solo hay una manera de averiguarlo, ¿no crees?
—No sé, me da miedo, pero creo que tienes razón. De todas maneras tenemos que hacerlo en algún momento, y sea lo que sea, me gustaría que fuera contigo.
—Y yo contigo.
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Esa noche María y Juan cogieron, follaron e hicieron el amor por primera vez. Al despertar se miraron a los ojos y supieron que ya no eran los mismos, que el amor era más que estar el uno en el otro, y que no habían encontrado la respuesta que habían venido a buscar.
Al salir del hotel se tomaron de la mano, y marcharon rumbo a la ciudad en silencio, ese que se comparte cuando no se quiere hablar porque no se sabe que decir.
©bonzopoe, 2021.
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