El Pasillo

in Literatos3 years ago

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Ese oscuro y frío pasillo. Apenas se pueden percibir los jarrones con plantas que tratan vagamente de darle color y alegría a los pacientes que convivimos aquí. Desde mi habitación, que está casi al final, se puede ver como un cultivo de puertas, separadas de forma simétrica y enumeradas para poder diferenciarnos, abarca unos 30 metros de historias y vivencias que son casi tan largas como el pasillo mismo.

Entré un día sin pensar que este pasillo para pacientes ontológicos seria mi hogar por tanto tiempo. Imaginaba que sería rápido, una consulta y ya, tal vez tendría que venir varias veces por tratamiento, no sé, pero llego a ser un día y dos, que se convertirían en tres y luego en cuatro semanas, que después serian cinco y seis meses, para terminar, siendo el año entero. Aquí pasé 2 cumpleaños, 2 navidades y 1 mundial de Fútbol, 2 aniversarios de bodas, 1 ciclón, 1 tornado y 1 incendio.

Conocí decenas de pacientes y acompañantes que estaban en la misma lucha, 2 docenas de enfermeros, 1 docena de doctores, el personal de limpieza y los del comedor, conocía hasta sus horarios y sus guardias nocturnas.

Fui huésped de este pasillo 1 año y 9 meses. Muchos de nosotros, los pacientes que vivimos aquí, no nos conocemos, ni siquiera nos hemos visto porque no podemos salir de las habitaciones, ya sea por inmovilidad o como yo, por ejemplo, que tengo deprimido mi sistema inmunológico así que debo evitar el contacto con el exterior. Somos personas de todas partes del mundo, con diferentes idiomas y orígenes, unidos todos por la misma enfermedad y los mismos sentimientos.

En el pasillo reina la melancolía. Repta silente como una vil serpiente escurridiza, rasga las puertas con sus afiladas garras y se siente cuando entra sigilosa, acaricia la almohada y nos transporta al pasado, a lo que fue y ya no será, a donde quisiéramos estar y ya no podemos. Nos visita a todos, uno por uno la vemos sentarse junto a la cama, nos arropa, nos arrulla, nos acompaña y cuando amanece piensas que ya no está, pero es una ilusión que viene con la luz del día, mientras tanto se esconde en el rincón y la sientes.

Ser paciente oncológico nos hace ser parte de una hermandad. Las amistades que he hecho en el hospital tiene lazos tan fuertes y son tan sinceras que nunca pensé que en estas condiciones se podría conocer tanta gente maravillosa que llegara a ser tan importante para mí, los considero como familia y nunca olvidare a ninguno de ellos. Tantas anécdotas y tantos recuerdos que compartimos. Historias tan diferentes, pero tan iguales en el fondo.

Durante el día el pasillo está lleno de voces y gente que va y viene, la mayoría empleados del mismo hospital. Los pacientes que pueden caminar, acostumbran a salir al lobby, aquí se reúnen para despejar un poco la mente, comentar el deporte o la política, alguna novela o película. Digamos que los que tienen suerte y hablan el mismo idioma porque la semana pasada que salí a mi sesión de radio terapia y vi como dos pacientes se divertían intentando comunicarse por señas, pues son vecinas en el pasillo, pero en el mundo viven en polos opuestos.

Por la noche es otra historia, el silencio es dominante la mayor parte del tiempo hasta que es interrumpido por quejidos y lamentos acompañan al que se siente mal mientras que la impotencia ronda a los demás. En algunos casos llanto y gritos, en otros los sonidos de los aparatos a los que se encuentran conectados como el monitor del corazón, la bomba que suministra y dosifica el medicamento o el respirador.

Nos dieron un brazalete azul celeste con un número que nos identifica. Soy 580027, tengo dos nombres y dos apellidos y fueron reducidos a seis dígitos. También pusieron sobre mi cama una larga tira de papel con mi nombre, pero como escribieron mal mi apellido repliqué la tira de papel y escribí mi nombre con marcadores de colores y puse una bonita mariposa al final. No me gusta ser un número así que resalté mi nombre completo para que no lo olviden.



20210522_230736.jpg Dibujo del Pasillo. de mi autoría.

Sort:  

Una historia contada desde una perspectiva que le da el tono de haber sido vivida y con un sentimiento de dolor e impotencia, que quizás lo expresa la melancolía referida. La imagen nuclear, la del pasillo, contribuye de modo esencial a la percepción y significación profundas de lo narrado, pues genera la visualización del aislamiento, la soledad y su sin término. Saludos, @chacald.dcymt.

Muchas gracias por tu interpretación de lo que quería expresar en el pasillo. Es basada en mi experiencia personal. muy agradecida por tu comentario significa mucho para mi.

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@mercmarg
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