Hola, saludos queridos amigos. Hoy les voy a relatar una historia inspirada en hechos reales, algo dura, con temas delicados, así que no es acta para niños o adolescentes. Es un tema para reflexionar, y para cuidar a nuestros niños.
“En un pequeño pueblo, algo retirado de la ciudad más cercana vivía una familia con numerosos hijos, pero solo una hija. Una niña de cabello corto, ojos grandes y mejillas regordetas. La pequeña era traviesa y muy curiosa.
Pero empezaron a verle muy callada, melancólica y reservada, lo contrario a lo que solía ser. La pequeña Lia, paseaba por su pueblo con una muñeca debajo del brazo, sintiendo y no entendiendo sus sentimientos.
Desde hace un tiempo vio cosas que nunca pensó ver, y que aún no entendía, pero sabía que estaba mal. Su padre salía todo el día a trabajar, su madre se quedaba en casa a limpiar, y cuidarles, pero no era suficiente.
Lia se sentía sola, poco amada. No recibía muchos abrazos, ni besos. Casi escasas eran los elogios o palabras lindas. Se escapaba a dibujar e inventar cuentos, encima de los árboles. Donde se sentía libre, segura y casi otra persona.
A veces soñaba con que nacía en alguno de esos países europeos, tenía una madre amorosa como de películas, hermanos protectores e iba a una linda escuela, con muchos amigos.
Pero su realidad era otra, su hermano mayor era malo, muy malo, en todos los sentidos, un mentiroso, un manipulador, que no le importaba hacer daño a otros. Ella le tenía mucho miedo, por eso trataba de no estar cerca de él.
Sus otros hermanos, no eran malos, pero eran débiles, y ella no sabía cómo protegerlos. Había visto cosas horribles y sentía como sus gritos se quedaban ahogados y atorados en su garganta.
Soñaba con escapar lejos, comenzar una nueva vida, pero no sería justo para su madre, para sus hermanitos, ella solo quería ser feliz, sentirse amada, protegida, pero no era posible.
Lia tenía casi 4 años viviendo en temor, en dolor, no tenía nadie a quien contarle todo lo que pasaba por su mente, ella no sabía qué hacer. Unos años más tarde, Lia fue atacada por su hermano.
Era un sábado, sus padres habían salido del pueblo a hacer compras, ella decidió quedarse para hacer sus tareas, estaba sola, pero sabía que su hermano mayor estaba en casa de sus amigos, así que estaba tranquila porque pensó que él no vendría.
Acababa de salir del baño, de ponerse un vestidito en su habitación, cuando se abrió la puerta de golpe, Lia se sobresaltó y al verle la cara, supo que no era nada bueno. No tenía nada de ropas.
Sus ojos estaban rojos, su cara era maldad pura, eso fue lo que le vino a la mente. Cuando vio que corría y saltaba sobre ella, Lia solo pensó: tengo que defenderme.
Lia gritaba, suplicaba y pataleaba lo más que podía, trataba de ser fuerte, aunque él era más grande que ella, él solo soltaba cosas incoherentes como:
-Lo siento, él me obliga. Satanás me obliga a hacer esto –parecía gruñir.
Parecía un animal, no un humano. Ella sacó fuerzas desde lo más profundo de su mente y lo empujó de encima de ella, y siguió empujando hasta sacarlo de la habitación y cerrar la puerta con seguro.
La puerta tenía un vidrio en el medio, con papel ahumado, por lo que se podía ver hacia fuera. Y él golpeaba el vidrio y gritaba, cosas horribles que ella trataba de no escuchar.
Lia se abrazaba sus rodillas y lloraba, mientras le hablaba a Dios, preguntando porque le pasaba esto a ella. Y agradecía la fuerza que sabía que no tenía, pero había conseguido para defenderse y evitar que le hiciera daño.
Un día, no mucho tiempo después Lia contó todo, se armó de valor y dejó salir cada grito ahogado. Gritó, reclamó y lloró como nunca. Porque no estuvieron allí para protegerla, para cuidarle, ella no pudo ser una niña inocente, ni feliz, porque él se la había quitado. Con el pasar del tiempo, Lia contó su historia a sus amigas. Ella se liberó de esas cadenas y trató de sanar a la pequeña Lia de su interior".
Alrededor del mundo, muchas niñas fueron lastimadas físicas o verbalmente. Algunas emocionalmente. Hay tantos peligros, para niños y niñas. He escuchado cientos de historias, leído, y es tan triste saber que perdieron su infancia, su inocencia, que vivieron con miedo, cuando los niños solo deben pensar en correr, jugar, aprender, en ser felices. Este mundo sabemos que no va a mejorar, solo empeorar, por eso debemos cuidar de nuestros niños (hermanos, sobrinos, primos, hijos o de cualquier niño que esté a nuestro alrededor). Sé que seguro conocen historias similares o peores incluso, algunos se atreven a contar, otros aun callan gritos ahogados.
Congratulations @deeserauz! You have completed the following achievement on the Hive blockchain And have been rewarded with New badge(s)
Your next target is to reach 3000 upvotes.
You can view your badges on your board and compare yourself to others in the Ranking
If you no longer want to receive notifications, reply to this comment with the word
STOP
Una horrible historia que lamentablemente es bastante real en el mundo en que vivimos. Saludos.