Ciertamente es ficción y también es parte de la realidad. Hay padres que maldicen a sus hijos y esto golpea fuerte el corazón e incluso lleva a creer que cuando la boca de un padre se abre para pronunciar sentencia, esta se cumple. Sin embargo, Petra fue a cerrar los ojos de su padre muerto y ese fue el fin de su maldición, ya que desde ese momento todo en su vida comenzó a florecer.
Esta historia es muy significativa y muy digna de ser considerada para una buena enseñanza, donde los padres no estamos llamados a maldecir a nuestros hijos, sino a bendecirlos y perdonarlos sea cual sea la causa.
Feliz tarde.
Exactamente, amigo! Creo que Petra le demostro al padre y a Dios que el que había hecho mal era el padre, no ella. Saludos y gracias por tu comentario
Adelante amiga. Feliz día. Éxito.