Me había quedado sin aire en mis pulmones. Era difícil de respirar cuando el shock te golpeaba sin previo aviso. Pero allí estaba, colosal e imponente. La brisa soplaba danzando entre las hojas que caían de los árboles a su alrededor, como guardaespaldas de semejante creación. — ¿Has venido aquí con el propósito de matarme, soldado? — Muchos han intentado encontrarme, cazarme y destruirme. ¿Por qué tu especie cree que puede destruir lo más antiguo a ellos? Mis huellas en este mundo han sido plasmadas desde antes de la existencia de seres con más poder que el mío. Pero ellos han perecido y yo aún aquí sigo. Entonces dime, soldado. ¿Has venido a matarme? En el momento en el que estuve a punto de responder, en el que mis fuerzas salieron de cautiverio y mis cuerdas vocales volvían a la vida, la vi. Al inicio parecía un animal más completando el paisaje increíble que estaba absorbiendo a través de mis ojos, pero luego, con la curiosidad de un infante había asomado su cabeza por uno de los costados de la criatura ante mí. Ojos grandes de aspecto inocente observaban de lejos mi irrupción en su hogar. Después de sentirme hipnotizado no podía volver atrás. Caí de rodillas en la hierba de hojas pequeñas y flores que jamás había visto antes. Mi espada había caído junto conmigo y ahora descansaba abandonada en el la tierra que poco a poco fue engullendo su metal desde su empuñadura, hasta que no quedó nada más. — Descansa soldado. Te mostraré el otro lado de tu propio mundo, uno en el que todos existimos sin hacernos daño. Tal vez puedas aprender algo y llevar sabiduría a tus hermanos. El rey y soberano de mi nación, había ordenado a poner fin a la criatura que había usado magia ancestral para detener la expansión de hogares y castillos, que destruirían parte del bosque y su fauna. Ciento trece soldados habían sido enviados a cazar a El Guardián del bosque para eliminarlo, así el reino podría expandirse, al igual que nuestra población. Adentrarse al bosque significaba peligro para los humanos. Durante 6 días luchamos entre ramas y contra animales de feroces colmillos, ellos intentaban impedir nuestro paso al centro del bosque lleno de mitos y leyendas. — ¿Cómo puedo saber que no mientes, soldado? Silencio. — Have you come here for the purpose of killing me, soldier? — How do I know you are not lying, soldier? I had been very naive, knowing humans. Certainly my feelings and intentions had been sincere, but my reality was too stark to fulfill my purpose. Arriving in town, many recognized me. "The general is back" "Hadn't he died?" "Did he kill the creature in the forest?" "We'll be able to live near the moor without worrying about those pesky animals."
Hoy les comparto un texto literario de mi autoría,
espero los deleite, inspire y fidelice a mi arte.
Today I share with you a literary text of my authorship,
I hope it will delight you, inspire you and make you loyal to my art.
-Español/Spanish-
Silencio.
Simplemente las palabras no salían de mi boca, era difícil procesar que todo esto fuera real. Mis manos estaban frías, hilillos de sudor se deslizaban por mi sien y las fuerzas habían abandonado mi cuerpo, ni siquiera sabía si podría dar un solo paso sin caer de bruces al suelo.
Al verme rendido en el suelo con una expresión de asombro y un gesto de ternura sonrió pacíficamente. Aferrada a él y en el mismo lugar desde su aparición, ella ladeo la cabeza sin entender lo que sucedía, aún con curiosidad y una belleza que yo no podía comprender.
Había una herida en mi pierna de una especie de felino cuyos colmillos clavó en mi carne. Otro soldado había luchado con la bestia antes de que esta le arrancara la cabeza con un movimiento de su mandíbula, pero luego había dirigido sus enormes ojos amarillos a mí. Había visto esa expresión antes, como cuando un prisionero está a punto de ser colgado siendo inocente del delito por el que ha sido acusado. La bestia no había esquivado la espada de su presa y en su cuerpo estaba atravesado el metal que lo obligaba a cerrar los ojos quitándole la vida.
Ese había sido mi segundo al mando, yo como general era el último con vida intentando llevar a cabo una orden cruel, que a ojos del rey era necesaria por el bien de nuestro pueblo. Lleno de sangre, sediento, hambriento, cansado y empapado en sudor, me cuestioné el por qué seguía avanzando. Fue entonces cuando lo noté.
El árbol más grande que había visto en mi existencia. Un tronco grueso, un diámetro increíble. Pero seis de sus ramas más cercanas a su centro tenían un aspecto de extremidades, pequeños animales danzaban a su alrededor y a medida que me fui acercando, pude ver más detalles. Tal vez era un efecto alucinógeno por la pérdida de sangre, pero… tenía un rostro. Ojos verdes, fosas nasales y una boca, la textura de su madera asemejaba a arrugas interminables, dándole un aspecto humano y envejecido. Su copa era enorme, millones de pequeñas hojas y flores color azul adornaban el domo hecho de ramas, tan grande como para dar sombra a todo un castillo.
Al sentir mi presencia, dirigió su mirada a mí y como un reflejo los pequeños animales juguetones realizaron el mismo acto, y con un movimiento el susto los hizo huir perdiéndose entre arboles estáticos. Ese había sido mi primer encuentro con El Guardián del Bosque.
Yo era parte del grupo de soldados, había irrumpido en su hogar y masacrado a las criaturas que intentaban protegerlos. Ese día, el séptimo día, El Guardián me había perdonado la vida, pero debía pagar por mis delitos. Había tanta vida en este bosque como la había en el reino del que yo provenía. La existencia de El Guardián y su magia era lo que convertía a una simple flor en un ser vivo de sentimientos y capaz de comunicarse, lo que mantenía el brillo de un ecosistema latente y sangrante, lo que la mantenía a ella con un corazón palpitante.
Se llamaba Niniane. Era humana y había sido abandonada siendo tan solo una bebe en la entrada del bosque para que las bestias la devoraran. Pero su llanto atrajo a las hadas y a los elfos, al encontrarla decidieron llevarla ante él. “Una cría de humano” le habían dicho. Fue amamantada, criada y cuidada por las criaturas del bosque. La magia corría por las venas y la savia de cada ser en este lugar. Consumir su leche, su alimento y su amor la habían hecho parte en cada gramo de su existencia, incluso cambiando su aspecto y su sangre. Si El Guardián era destruido, ella y todas las criaturas morirían, y el brillo del bosque encantado se apagaría para siempre.
Era cierto. El balance y la armonía en este lugar de ensueño era todo lo que quisiera que algún día tuviera mi pueblo. Sin muertes innecesarias, prejuicios que condenaban y luchas sin sentido. No existía el odio o la avaricia, solo paz. Incluso el agua era más pura que la del pozo del pueblo. Aprendí mucho. Cómo nacían, cómo crecían, cómo morían y el significado de su existencia para un ciclo completo en la naturaleza.
¿Pero cómo llevaba esta utopía a mi reino? ¿Cómo podría cuando el sentido de existencia era completamente distinto al nuestro? Para los humanos crecer era ganar o arrebatar, para los humanos era avanzar y atacar, para los humanos era morir o matar.
Mi castigo había sido cuidar y sepultar a cada criatura herida o muerta en esta cacería sin sentido a la que yo y muchos habíamos acatado sin chistar. Fui alimentado y cuidado por animales que jamás había visto antes y por ella. El Guardián le había enseñado un par de palabras, pero nada más. Su comunicación era sensorial, todo estaba conectado, como los nervios de un cuerpo, como los hilos en una manta, como las raíces de un árbol. Ella era más parte de este bosque de lo que era humana.
Una noche, al lado del arroyo, viendo las estrellas y pensando en mi vida antes de llegar aquí, lo comprendí. No quería irme. Debía protegerlos a todos, porque entre tantos humanos que estaban de acuerdo con expandir su existencia sin importar si se destruía algo tan valioso como la vida en la naturaleza, yo no estaba de acuerdo. Al final, si eso pasaba nos destruiríamos a nosotros mismos. Si el bosque fallecía, frutos, agua y otros alimentos dejarían de existir. ¿Qué comería el humano? ¿Pero quién me creería? ¿Quién me ayudaría?
— Humano…
Al escuchar su voz, me levanté algo nervioso del suelo. Su cabello era blanco, sus labios coloridos y su mirada era sincera. Muchas lunas habían pasado desde la primera vez que la había visto y aún nuestra comunicación era como la de dos pequeños niños. Me acerqué a ella y no retrocedió. Me preguntaba si tendría la misma confianza si viera a otro humano, eso podría ser peligroso. La naturaleza humana destruía todo lo desconocido antes de poder entenderlo, eso podría llegar a matarla. Tomé del suelo la manzana que había escogido para comer más tarde, pero sin pensarlo dos veces se la ofrecí. Ella la tomó con sus manos cálidas y le dio un mordisco, luego me la devolvió esperando que yo hiciera lo mismo. Esa noche, en medio del silencio, sentados en la hierba, mirándola mientras ella veía las estrellas, reflexioné en todas las veces que he pensado en ella. Tan inocente, ajena a todo, sin sentimientos ocultos y llena de magia. Atrayéndome como una moneda a un imán. Llenándome de curiosidad, de anhelo y de sensaciones que no podía expresar.
Hundido en mis pensamientos fue imposible no sobresaltarme cuando con su mano golpeó mi pecho mirando el cielo y señalando con su otra mano que una estrella fugaz estaba pasando, dejando su estela en la noche oscura. Reí y luego me perdí en su rostro lleno de asombro. Un nudo bajó por mi garganta y con mi corazón latiendo con rapidez, tomé su rostro en mi mano, sus ojos encontraron los míos y antes de que pudiera pensarlo con claridad, la besé. Sentí una especie de chispa correr de su cuerpo al mío, su piel era más suave que los pétalos de rosas y el sabor de su beso me recordaba al durazno. Lo sentí como si flotara por una eternidad, en el fondo no sabía que lo que sentía fuera tan fuerte, pero el impulso me hizo correr hacia ella y desear congelar ese momento.
Al abrir los ojos y apartarme lentamente, ella aún los tenía cerrados. Acaricié su mejilla y los abrió lentamente. Esto era todo. Le había robado un beso a la criatura más hermosa del planeta y jamás podría estar con ella si no protegía su existencia. Ella ladeó su cabeza como aquella vez, como intentando entender lo que estaba pensando, lo que estaba sintiendo. Tomé su mano, la besé y me fui.
Ante El Guardián expliqué que debía volver al reino, explicar todo lo que había pasado y convencer al rey de cesar la destrucción del bosque, así Niniane y todos estarían a salvo.
— Porque me he enamorado de ella.
— Quiero salvarla. Y a todos ustedes. Debo intentarlo. Por favor.
Había sido muy ingenuo, conociendo a los humanos. Ciertamente mis sentimientos e intenciones habían sido sinceras, pero mi realidad era muy cruda para cumplir con mi propósito. Al llegar al pueblo, muchos me reconocieron. “El general ha vuelto” “¿No había muerto?” “¿Habrá matado a la criatura en el bosque?” “Podremos vivir cerca del páramo sin preocuparnos por esos molestos animales”.
El rey me había recibido celebrando mi regreso, pensando que había resuelto sus problemas ejecutando su orden. Pero al saber que todos habían muerto y que yo había vuelto solo para intentar convencerlo de no destruir el bosque, entró en cólera. Intenté explicarle como pude que sacrificaríamos mucha vida solo por la ambición de construir cerca de ellos. No quería revelar la existencia de Niniane, no se lo estaba tomando bien y podrían cazarla por ser vista como un fenómeno. Todo fue en vano. Con gritos de furia el rey reveló que no solo era por la expansión, también había oro en lo más profundo del bosque y era necesario apoderarse de él. Yo terminé escupiendo sangre en el salón de baile del castillo, con tres guardias sujetándome de los brazos. Mi argumento era una pérdida de tiempo para el rey, incluso me acusó de haberme vuelto loco por la influencia de la magia.
Así fue como había acabado en la celda la noche anterior, adolorido por la golpiza recibida y contemplando el cielo oscuro por una pequeña ventana con barrotes. Hoy, el sol quemaba y la brisa soplaba fuerte. La soga alrededor de mi cuello irritaba y mis lágrimas habían comenzado a rodar sin poderlas detener. Había tenido fe. Una fe ciega en que el humano podría cambiar, que podría dejar de destruir y matar a su beneficio, pero me había equivocado. Todo era así, un complejo de superioridad se interponía ante el bien y la verdad. Ciertamente no había sido el mundo en el que quería vivir, por el que quería luchar.
Un ejército más grande sería enviado, con armas más letales y una ira imparable. Nuestro encuentro solo había aplazado lo inevitable, en manos de un rey loco de poder que cabalgaría directo a la destrucción de ambos mundos. Al menos había vivido para un pequeño infinito, ese que con un error había germinado con delicadeza el amor en los brazos de la redención. ¿Era yo egoísta al pensar así? Todos moriríamos pero al menos logré saborear sus labios de durazno, tocar su piel de rosa, enamorarme de su inocencia y de su esencia peculiar. Al menos ella danzaría en mi mente durante este último momento, en el que el viento acaricia mi rostro y mis lágrimas liberan el peso del error de la humanidad. Recordando ese único beso en la inmensidad, mientras mis pies ya no se apoyan en la vida y mi mente pasa a un sueño eterno. Esperando enamorarme de ella de nuevo en otra vida, en la que nuestros mundos puedan vivir en armonía. -Inglés/English-
I had run out of air in my lungs. It was hard to breathe when the shock hit you without warning. But there it was, colossal and imposing. The breeze was blowing, dancing through the leaves falling from the trees around it, like a bodyguard to such a creation.
Silence.
The words just wouldn't come out of my mouth, it was hard to process that all this was real. My hands were cold, beads of sweat trickled down my temples and my strength had left my body, I didn't even know if I could take a single step without falling face first to the ground.
— Many have tried to find me, hunt me down and destroy me, why does your kind think they can destroy what is most ancient to them? My footprints in this world have been imprinted since before the existence of beings with more power than mine. But they have perished and I am still here. So tell me, soldier, have you come to kill me?
At the moment when I was about to answer, when my strength came out of captivity and my vocal cords came back to life, I saw her. At first it looked like just another animal completing the incredible landscape I was absorbing through my eyes, but then, with the curiosity of an infant it had poked its head out of one of the creature's sides before me. Large, innocent-looking eyes watched from afar my irruption into its home. After feeling mesmerized I could not turn back. I fell to my knees in the grass of small leaves and flowers I had never seen before. My sword had fallen along with me and now rested abandoned in the earth that little by little was swallowing its metal from its hilt, until there was nothing left.
Seeing me slumped on the ground with an expression of astonishment and a gesture of tenderness he smiled peacefully. Clinging to him and in the same place since his appearance, she tilted her head without understanding what was happening, still with curiosity and a beauty I could not comprehend.
— Rest, soldier. I will show you the other side of your own world, one where we all exist without harming each other. Perhaps you can learn something and bring wisdom to your brothers.
The king and ruler of my nation had ordered an end to the creature that had used ancestral magic to stop the expansion of homes and castles that would destroy part of the forest and its wildlife. One hundred and thirteen soldiers had been sent to hunt down The Keeper of the Forest to eliminate it, so the kingdom could expand, and so could our population. Entering the forest meant danger for the humans. For 6 days we fought among branches and against animals with fierce fangs, they tried to prevent our passage to the center of the forest full of myths and legends.
There was a wound on my leg from a feline species whose fangs dug into my flesh. Another soldier had struggled with the beast before it ripped his head off with a flick of its jaw, but then it had turned its huge yellow eyes on me. I had seen that expression before, as when a prisoner is about to be hanged while innocent of the crime for which he has been accused. The beast had not dodged the sword of his prey and in his body was pierced the metal that forced him to close his eyes, taking his life.
That had been my second in command, I as general was the last one alive trying to carry out a cruel order, which in the eyes of the king was necessary for the good of our people. Full of blood, thirsty, hungry, tired and drenched in sweat, I questioned why I was still moving forward. It was then that I noticed it.
The biggest tree I had ever seen in my existence. A thick trunk, an incredible diameter. But six of its branches closest to its center looked like limbs, small animals danced around it and as I got closer, I could see more details. Maybe it was a hallucinogenic effect from the blood loss, but... it had a face. Green eyes, nostrils and a mouth, the texture of its wood resembled endless wrinkles, giving it a human and aged appearance. Its crown was huge, millions of small leaves and blue flowers adorned the dome made of branches, big enough to shade an entire castle.
When it sensed my presence, it turned its gaze to me and as a reflex the small playful animals did the same act, and with a movement the fright made them flee, getting lost among the static trees. That had been my first encounter with the Guardian of the Forest.
I was part of the group of soldiers, I had broken into their home and slaughtered the creatures that were trying to protect them. That day, the seventh day, The Guardian had spared my life, but I had to pay for my crimes. There was as much life in this forest as there was in the kingdom I came from. The existence of The Keeper and his magic was what turned a simple flower into a being alive with feeling and able to communicate, what kept the glow of a dormant and bleeding ecosystem, what kept her with a beating heart.
Her name was Niniane. She was human and had been abandoned as a baby at the entrance to the forest for the beasts to devour. But her cry attracted the fairies and the elves, and when they found her they decided to bring her to him. "A human's offspring" they had told him. She was nursed, raised and cared for by the creatures of the forest. Magic ran through the veins and sap of every being in this place. Consuming their milk, their food and their love had made it a part of every ounce of her existence, even changing her appearance and her blood. If The Guardian was destroyed, she and all creatures would die, and the glow of the enchanted forest would be extinguished forever.
It was true. Balance and harmony in this dream place was everything I wanted my people to have someday. No needless deaths, condemning prejudice and senseless strife. There was no hatred or greed, only peace. Even the water was purer than the village well. I learned a lot. How they were born, how they grew, how they died and the meaning of their existence for a complete cycle in nature.
But how did I bring this utopia into my realm, how could I when the meaning of existence was completely different from ours? For humans to grow was to gain or snatch, for humans to advance and attack, for humans to die or kill.
My punishment had been to care for and bury every creature wounded or killed in this senseless hunt to which I and many had complied without complaint. I was fed and cared for by animals I had never seen before and by her. The Guardian had taught her a couple of words, but nothing more. Her communication was sensory, everything was connected, like the nerves of a body, like the threads in a blanket, like the roots of a tree. She was more a part of this forest than she was human.
One night, by the creek, watching the stars and thinking about my life before I came here, I understood. I didn't want to leave. I had to protect them all, because among so many humans who were okay with expanding their existence no matter if it destroyed something as precious as life in nature, I was not okay with it. In the end, if that happened we would destroy ourselves. If the forest died, fruits, water and other food would cease to exist. What would the human eat? But who would believe me? Who would help me?
— Human...
Hearing his voice, I rose somewhat nervously from the ground. Her hair was white, her lips were colorful and her gaze was sincere. Many moons had passed since the first time I had seen her and still our communication was like that of two small children. I approached her and she did not back down. I wondered if she would have the same confidence if she saw another human, that could be dangerous. Human nature destroyed everything unknown before she could understand it, it could kill her. I took from the ground the apple I had chosen to eat later, but without a second thought I offered it to her. She took it in her warm hands and took a bite, then handed it back to me hoping I would do the same. That night, in the silence, sitting on the grass, looking at her while she watched the stars, I reflected on all the times I have thought of her. So innocent, oblivious to everything, with no hidden feelings and full of magic. Attracting me like a coin to a magnet. Filling me with curiosity, longing and sensations I could not express.
Sunk in my thoughts it was impossible not to be startled when with his hand he tapped my chest looking at the sky and pointing with his other hand that a shooting star was passing by, leaving its wake in the dark night. I laughed and then lost myself in his awe-filled face. A lump went down my throat and with my heart beating fast, I took her face in my hand, her eyes found mine and before I could think clearly, I kissed her. I felt a kind of spark run from her body to mine, her skin was softer than rose petals and the taste of her kiss reminded me of peach. I felt it like floating for an eternity, deep down I didn't know what I felt was so strong, but the impulse made me run to her and wish to freeze that moment.
As I opened my eyes and slowly pulled away, she still had them closed. I stroked her cheek and she slowly opened them. This was it. I had stolen a kiss from the most beautiful creature on the planet and I could never be with her if I didn't protect her existence. She cocked her head to one side like that time, as if trying to understand what I was thinking, what I was feeling. I took her hand, kissed it and left.
Before The Guardian I explained that I had to return to the kingdom, explain everything that had happened and convince the king to cease the destruction of the forest, so Niniane and everyone would be safe.
— Because I have fallen in love with her.
Silence.
— I want to save her. And all of you. I must try. Please.
The king had greeted me celebrating my return, thinking I had solved his problems by executing his order. But when he learned that they had all died and that I had returned only to try to convince him not to destroy the forest, he was furious. I tried to explain to him as best I could that we would sacrifice a lot of life just for the ambition to build near them. I did not want to reveal Niniane's existence, she was not taking it well and they might hunt her down for being seen as a freak. It was all in vain. With shouts of fury the king revealed that it wasn't just about expansion, there was also gold deep in the forest and it needed to be seized. I ended up spitting blood in the castle ballroom, with three guards holding my arms. My argument was a waste of the king's time, he even accused me of having gone mad under the influence of magic.
That was how I had ended up in the cell the night before, sore from the beating I had received and gazing at the dark sky through a small barred window. Today, the sun was burning and the breeze was blowing hard. The rope around my neck was irritating and my tears had begun to roll unchecked. I had had faith. A blind faith that the human could change, that he could stop destroying and killing to his benefit, but I had been wrong. It was all like that, a superiority complex stood in the way of good and truth. It certainly had not been the world I wanted to live in, the one I wanted to fight for.
A larger army would be sent, with more lethal weapons and unstoppable rage. Our encounter had only postponed the inevitable, at the hands of a power-mad king who would ride straight to the destruction of both worlds. At least I had lived for a small infinity, the one that with a mistake had delicately germinated love in the arms of redemption. Was I selfish to think so? We would all die but at least I got to taste her peach lips, touch her rose skin, fall in love with her innocence and her peculiar essence. At least she would dance in my mind during this last moment, where the wind caresses my face and my tears release the weight of humanity's mistake. Remembering that one kiss in the vastness, as my feet no longer rest on life and my mind passes into eternal sleep. Hoping to fall in love with her again in another life, where our worlds can live in harmony.
@gislandpoetic
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muy belloo mi querida poeta se le aprecia.
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Mi querida @gislandpoetic siempre me sorprendes con tus hermosas creaciones. Esta, trae refleja de alguna manera, la fecha que justo se conmemora hoy, Día Mundial del Clima, igualmente se celebró el día de la tierra y del agua... durante la semana. Me gustó tu historia, los detalles fantásticos que allí describes. Me sentí por un momento inmersa en ese bosque con sus criaturas de la naturaleza. Ah y ese gran Guardián wow, fantástico. Sigue adelante mi niña, sin parar.
Sencillamente genial
Tan hermoso, cada creación demuestra más detalles de tu gran talento !
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