Una aventura muy graciosa, de los tiempos no tan remotos cuando una porción importante de la vida de nuestra juventud y de los adultos jóvenes transcurría en las discotecas. En ellas podían encontrarse o producirse las situaciones más inauditas, como la que cuentas. Eran ambientes muy cargados, no solo por el volumen de la música, sino por el conjunto de emociones y pasiones que podían expresarse allí. ¡Ah tiempos!, se podría decir. Saludos, @ylich.
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Sí, muy acertada tu expresión ¡Ah tiempos! que de aquella manera no se repetirán. Vendrán otros momentos y nuevas vivencias para las siguientes generaciones y serán diferentes. Por eso ahora creo que este tipo de escritura se convierte ahora en una especie de referentes históricos...
¡Muchas gracias por tu valoración!