Experiencias como Taxista/ Relato

in Literatos3 years ago

En Enero del año 2000, después de quedar desempleado, regresé a la ciudad de Cumaná, donde resido con mi familia, esposa y dos hijas, tomé la decisión de trabajar como Taxista, con un vehículo alquilado, recuerdo que era un Kia Río, color blanco, con este automóvil, estuve aproximadamente dos años, con lo cual resolvía el sustento del hogar y aún se podía ahorrar, en las entidades bancarias.

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Con algunos ahorros que teníamos de trabajos anteriores y con los ahorros del taxi, decidimos adquirir un vehículo para seguir labores de taxista, pero con carro propia y compramos un Ford Fiesta año 98, de color blanco, con el cual continué con el servicio de taxi, ya con vehículo propio los ingresos eran mayores y el ahorro era mucho mejor.

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Muchas personas ven este oficio como algo sencillo y que da buena remuneración, quisiera indicarle a estas personas que el trabajo de taxista no es como ellos lo ven, es un trabajo que hay que hacerlo de manera inteligente, ya que el mismo corre con riesgos superiores a los que puede tener las personas en otros empleos.

Los riesgos dentro de esta profesión son: accidentes, hurtos de vehículos, robos, incluso podemos morir cumpliendo con el servicio en algún atraco, por eso debemos ser muy inteligentes al momento de montar las personas al taxi,
quiero a través de esta publicación, contar algunas experiencias vividas en este trabajo.

Cumpliendo con mis labores de taxista en mi vehículo Ford Fiesta año 98, teniendo mucho cuidado con los clientes y con experiencia dentro de este oficio
en una oportunidad, transitando por una de las avenidas principales de la ciudad y siendo aproximadamente las ocho de la mañana, una persona me hizo seña con la mano de que requería un servicio, por lo que me detuve me preguntó, ¿Por cuanto me llevas al sector la Cima?, después de indicarle el precio accedió y se montó en el vehículo, yo noté que en su mano traía una bolsa negra que colocó entre sus piernas, luego de haber recorrido varias cuadras, el cliente me preguntó: ¿ Usted, trabajó en la ptj ?, por lo que le respondí No, yo siempre he sido taxista...las siglas P.T.J., significan Policía Técnica Judicial, y en realidad yo había sido funcionario de ese organismo en años anteriores.

Continuamos el recorrido y el cliente me dijo a i me parece que usted, si trabajo en ese Cuerpo, por lo que nuevamente le dije que no, de allí en adelante no hubo más palabras, hasta que llegamos a una venta de arepas rellenas de cochino, donde el cliente me indicó que me detuviera al frente, la señora de la venta, lo saludó muy cariñosamente y le preparó dos arepas rellenas, el cliente con su bolsa negra en las manos la abrió y metió una bolsa de papel con las dos arepas.

Ya cerca del sector la Cima, se encuentra otra venta de arepas, el usuario me mandó a detener, la señora lo saludó muy cariñosamente, le preparó dos arepas más, y seguimos; algo yo pude observar que me llamó la atención las vendedoras de las arepas, no se las cobraban.

Cuando llegamos a la Cima, es un sector de una pendiente, de una sola calle sin salida, al llegar al lugar, el cliente sin bajarse del vehículo, me dijo exclamando
¡ amigo claro que usted, es el gocho de la P.T.J. ! y procedió a sacar de la bolsa negra una pistola calibre 9mm, diciéndome gocho, hazme el favor y me la desencasquillamela,, procediendo a ponerme la pistola en mis piernas, vaya gochito hazme esa segunda me dijo el cliente, y enseguida me dijo cuando yo era menor caí preso por un arrebatón y el caso lo trabajó usted, hazme el favor.

Al ver que el cliente me reconoció, no me quedó de otra que desencasquillar la
la pistola, y se la entregué, el cliente exclamo ¡ Viste que si eres el gocho de la P.T.J. !, seguidamente sacó una de las arepas rellenas de cochino y me dijo, gracias gochito, por traerme con esa arepa te pago la carrera, gracias.

Di la vuelta el el sector donde estaba lo más rápido posible, con mi corazón palpitando de una forma, que parecía que se me iba a salir, salí de la Cima y fui directo a una venta de Jugos de Caña de Azúcar, donde compré un jugo y me comí la arepa y decidí no trabajar ese día.

Otra experiencia dentro de las labores como taxista, también me ocurrió en horas de la mañana, realicé mi primer servicio a una señora que me pidió llevarla al ambulatorio de la Urbanización la Llanada, recuerdo que le cobré 3.000 bolívares, ya que era una carrera corta, al llegar al sitio exactamente frente a la emergencia del Centro Asistencial, la señora se bajó del carro y una pareja un hombre como de 30 años de edad, vestido con camisa manga larga, con una joven vestida de blanco, a quien traía lentamente, ya que la mujer se veía enferma, el joven me dijo: " Por favor nos puede llevar a cascajal y cuanto me cobra, le dije son 3.000 bolívares, y se montaron en mi vehículo en la parte trasera...tome ruta hacia el sector cascajal que esta cerca de la llanada.

Al llegar a cascajal, iba por la calle principal, encontrando dos cruces, por lo que el hombre me dijo, cruza a la izquierda, al ver por el retrovisor, veo una pistola y la sentí en el cuello, indicándome el hombre, siga derecho y no haga nada extraño, en el primer cruce toma a la izquierda...al llegar al cruce giré a la izquierda, el hombre me dije sigue hasta el final, es una calle ciega, que da a un callejón conocido como " el callejón del inos". Allí me detuve, apagué el carro y dejé la llave en mi mano...de repente apareció aotro hombre con un revólver en la mano, abrió la puerta del copiloto y me ordenó a que pusiera la cabeza debajo del volante y me golpeó en la cabeza con la cacha, me me dijo dame todo la plata que hizo en la noche...le respondí yo no trabajo de noche, lo único que he hecho y les mostré los 3.000 bs de la carrera anterior, cuyo dinero me lo arrebató de la mano, la mujer...enseguida escuché al hombre de atras que le decía al de adelante, mátalo de una vez si no saca la plata...les dije yo no trabajo de noche, con la cabeza debajo del volante...dale el tiro decía el hombre de atras ,en ese momento empecé a rezar el padre nuestro mentalmente y le pedía al Dios Todopoderoso que me protegiera...

Seguidamente el hombre del puesto de adelante, dijo estamos hecho el reproductor es Pioneer y lo despegó rápidamente y me dijo donde está el ecualizador...le respondí en la guantera, lo despegó, abrió la puerta y las personas de atrás, salieron del carro tomaron por el callejón del Inos y se reían a carcajada, después que tomaron el callejón, yo coloqué el vehículo en neutro lo dejé rodar por la pendiente, luego la prendí y dándole gracias a Dios, me dirigí a mi casa...No trabajé más ese día.

Tengo muchas experiencias más vividas a lo largo de 18 años de labores como taxista, en otras publicaciones conocerán algo más de mi vida en este riesgoso trabajo de Taxista... espero que les gusté mi post.

FUENTE:
AUTOR DEL RELATO. Luis Antonio Delgado
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