El crimen perfecto
Nadie se dio cuenta cuando los dos intercambiaron miradas en aquella fiesta. Ella no dijo nada que intercambió dos o tres palabras con él en el jardín y que al final de la noche, él le entregó un papelito con su número de teléfono. Nadie vio que ella guardó celosamente aquel número en su cartera y que lo anotó en su celular cuando llegó a casa.
:o:<0>:o:
Nadie supo que entre los dos hubo un pacto: solo se escribirían a ciertas horas, con un código secreto y que borrarían cualquier mensaje de ellos para no dejar rastros. Ninguna persona se enteró que por semanas se estuvieron mensajeando y enviándose fotos, que las conversaciones entre ambos quemaban sus entrañas y que eran volcán y fuego.:o:<0>:o:
Tampoco se enteraron que después de muchos mensajes e imágenes, los dos se encontraron en algunos hoteles, una dos, tres, muchas veces. Que nunca fue el mismo hotel para no levantar sospecha, ni a la misma hora, ni el mismo día. Que solo ellos y las paredes supieron el cansancio de los cuerpos, la fatiga de los labios, el espesor de los líquidos.:o:<0>:o:
Por eso, con los meses, cuando la vieron a ella errante y ojerosa, a él pálido y sin vida, dos muertos en vida, nadie supo que detrás de sus sombras estaba el final, una ruptura. Que por temor a ser descubiertos, cada quien siguió por su lado, como desconocidos y extraños, cada uno con una herida.
Nadie supo que entre los dos hubo un pacto: solo se escribirían a ciertas horas, con un código secreto y que borrarían cualquier mensaje de ellos para no dejar rastros. Ninguna persona se enteró que por semanas se estuvieron mensajeando y enviándose fotos, que las conversaciones entre ambos quemaban sus entrañas y que eran volcán y fuego.
Tampoco se enteraron que después de muchos mensajes e imágenes, los dos se encontraron en algunos hoteles, una dos, tres, muchas veces. Que nunca fue el mismo hotel para no levantar sospecha, ni a la misma hora, ni el mismo día. Que solo ellos y las paredes supieron el cansancio de los cuerpos, la fatiga de los labios, el espesor de los líquidos.
Por eso, con los meses, cuando la vieron a ella errante y ojerosa, a él pálido y sin vida, dos muertos en vida, nadie supo que detrás de sus sombras estaba el final, una ruptura. Que por temor a ser descubiertos, cada quien siguió por su lado, como desconocidos y extraños, cada uno con una herida.
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Buen relato, conmovedor, interesante, con un final inesperado pero real, realidad que expresa el drama de los amantes furtivos , amantes que no pueden sostener su relación abiertamente ante la sociedad y la familia, amantes que están destinados a la separación que solo trae tristeza y desolación; muy bien plateada la trama @nancybriti , otro más de tus excelentes relatos. Saludos