La rebelión de los personajes
_Estamos cansados de terminar frente a la ventana mirando el horizonte sin esperanza, a veces sin pareja, sin familia o vagando por las calles, huérfanos de Dios. Debe haber en tu imaginación otras formas de vida más interesantes, menos grises -dijo un personaje a quien el escritor había descrito como "un hombre solo y sin aliento". Tus primeros textos estuvieron buenos, pero ya estamos cansados de la misma temática-continuó el personaje. Queremos historias más esperanzadoras, alegres, entusiastas.
_Todos sabemos que mucho de lo que narran los escritores es consecuencia de lo que han vivido -dijo otro personaje que en uno de los relatos se perdió buscando las huellas del tiempo. Pero dónde está tu imaginación -preguntó el personaje directamente al escritor. Tal vez debes comenzar a escribir sobre vidas distintas a la tuya. El hecho de que tu vida sea un hilo de equivocaciones, una ráfaga, un descenso, no significa que debas escribir sobre eso.
Fue así que a partir de ese día la vida del escritor quedó exiliada de sus historias. Ajeno de las páginas que escribía, habló de parejas felices, familias unidas, países prósperos, ventanas llenas de luz. Con cada historia, sintió que lo que describía era extraño para él, hasta el punto de sentirse perdido. A pesar de que los relatos hablaban de historias felices y sueños mágicos, el escritor se fue desdibujando hasta convertirse en el personaje de este relato no tan feliz.
Creo que el verdadero escritor ha de perderse muchas veces y volver a reencontrarse. Ha de morir con sus personajes y reencarnarse en otros nuevos que también reclaman atención y solicitan su derecho a nacer en el mundo de la idea, porque en el fondo, todo es ilusión y el mundo, incluso el mundo del escritor, ha de buscar también su justo equilibrio. Como dijo en cierta ocasión José Luis Sampedro, economista y escritor, refiriéndose a los escritores: 'somos albañiles del lenguaje y nuestros ladrillos son las palabras'. Ahora bien, depende de cada uno cómo queramos que sea nuestra casa. Un fuerte abrazo
Hay algunos personajes que superan a sus autores, toman vida y trascienden. Entonces, más que ficción, hablamos de una realidad entre autor y lector. Abrazos
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