Sembrar nuestros muertos
Me senté a tu lado y te miré, quieta, cómo limpiabas y sembrabas tus maticas. Alzabas la vista de vez en cuando y hablabas: qué manía la de sembrar los muertos lejos de sus casas, dijiste. Es como si quisieran borrarlos. Verdad? Y yo permanecía callada. Si tu padre tuviera aquí, yo hablaría con él todos los días como lo hicimos en los 50 años de matrimonio. Ahora seguro permanecerá días callado, solo, creyendo que lo hemos olvidado.
Mientras ensuciabas tus manos de tierra, ibas hablando bajito, que si la fotografía del matrimonio, la del bautismo, la del primer viaje, la de los hijos. Hablabas como si alguien te respondiera, allí mismito. De repente me viste como si te acordaras de algo y me dijiste: María Belén, si tu padre estuviera aquí reviviría con la primavera. A él le gustaba la primavera, pero no hay primavera en la muerte. En la muerte no hay nada.
Desde donde estaba, vi tu figura encorvada, pequeña, casi infantil, mientras regabas tus plantas. Seguías hablando, como si nada y entre el follaje espeso, caminabas. De repente, como si te doliera el alma, te detuviste con una mirada cansada y me dijiste: María Belén, me gustaría volver a encontrarme con tu padre. Tal vez los dos nos podríamos hacer compañía, como antes y esta soledad de los dos no sería tan grande.
@tipu curate
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La muerte y la soledad pueden llegar a ser compañeras, como de algún modo tu conmovedor relato deja entrever. Pero la muerte también puede llegar a nutrir la tierra, y, como en el poema La tierra baldía, el invierno dejar lugar a la primavera. Un relato que toca nuestra fibra sentimental. Saludos, @nancybriti.
Cuando se habla de la muerte, siempre me viene a la memoria el Arcano Mayor del Tarot, que la representa. Pero la representa, generalmente, con una sonrisa que se me antoja tan irónica y misteriosa como la de la Gioconda de Da Vinci. Y siempre que utilizo este Arcano para meditar, pienso que me pongo en su lugar y digo: 'habláis de mí, os causo dolor y espanto, intentáis rehuirme de mil maneras, aunque no veis que mi guadaña es como la tijera del jardinero, necesaria para revitalizar la hierba y que vuelva a crecer con más fuerza. Me asociáis con la soledad, con lo peor de vuestras pesadillas y pensáis que mi sonrisa es una sonrisa todopoderosa, como la de un rey al que todos temen y al que nadie osa desafiar. Pero nunca os percatáis de que mi sonrisa, igual que el Diablo, es una argucia para haceros creer que no existo'. Que cada uno saque sus propias conclusiones. Un fuerte abrazo
¿Dónde estás? Te parece bien desaparecer así, por favor, regresa... Es que te extraño amiga ♥️