Lecturas y relecturas: El sentido de un final, de Julian Barnes

in Literatos10 months ago

Estimada gente de Hive: Hace mucho que no publicaba en la plataforma por diversos motivos. Ahora vuelvo con intención de mantenerme. Espero que estas "lecturas y relecturas" sean de su interés.


El novelista inglés Julian Barnes. Fuente

Hasta hace poco, no había leído nada de Julian Barnes. Varios amigos me recomendaron hace años su primera novela, El loro de Flaubert, pero confieso que la comencé y la abandoné sin mucha pena. Sin embargo, siempre tuve la intención de volver sobre este autor británico contemporáneo (nació en 1946), prolífico y ganador de importantes premios europeos. Precisamente, la novela que me ocupa hoy recibió en 2011 el premio Booker, uno de los más importantes, si no el más importante, de los que se entregan en Inglaterra.

El sentido de un final es una novela no muy extensa: un poco menos de 200 páginas en la edición española de Anagrama, pero de una singular intensidad. En ella conocemos a Tony Webster (que es el narrador-protagonista de la historia) y a sus amigos cuando aún no han terminado la educación secundaria. Al grupo inicial de tres, se suma durante el último año Adrián, de inteligencia privilegia y vida misteriosa por desconocida. Ya en esta primera parte de la novela están presentes los dos temas esenciales que aborda: el suicidio y el sentido de la historia.

Uno de los compañeros de estudio de los amigos se suicida luego de dejar embarazada a su novia, lo que lleva a los integrantes del grupo a ciertas consideraciones poco clementes. Adrián recuerda una cita de Camus: “Camus dijo que el suicidio era la única cuestión realmente filosófica.” Otro amigo le recuerda que también lo son “la ética y la política y la estética y la naturaleza de la realidad y todo lo demás”. A lo que Adrián replica: “La única cuestión auténtica. La fundamental, de la que dependen todas las demás”. Luego de un largo análisis concluyen que el suicidio de su compañero no era filosófico sino autocompasivo y nada artístico.

Este incidente tendrá resonancias en todo el desarrollo posterior de la novela.

El segundo tema (el sentido de la historia) también aparece pronto, en forma de una discusión cordial con un profesor. Ante la pregunta “¿Qué es la historia?”, aparecen varias respuestas: “las mentiras de los vencedores, “los autoengaños de los vencidos”, “la certeza obtenida en el punto en que las imperfecciones de la memoria topan con las deficiencias de documentación”. Sobre todo esta última respuesta tendrá especial relevancia para los sucesos posteriores. Y aquí debo declarar mi admiración por la forma en que Barnes logra integrar una discusión académica y teórica con el desarrollo de la novela, porque, efectivamente, el asunto va de la memoria engañosa (y el autoengaño), de las fallas de la documentación, del sentido irrecuperable del tiempo pasado.

Cuando hablamos de “historia y novela” solemos hacerlo para referirnos a cómo ciertas circunstancias históricas afectan a los personajes de una novela en particular (como sucede a los personajes de Guerra y paz ante la invasión napoleónica de Rusia, por ejemplo). Julian Barnes sigue un camino distinto; se pregunta sobre la historia misma, sobre su capacidad de transmitir fielmente una verdad; no se interroga sobre “hechos históricos” sino sobre unos pocos de una vida común y corriente. Y la vida de Tony no puede serlo más: “apacible” es el término que se aplica a sí mismo y a su vida; “cobarde”, lo llama Verónica, su primera novia, quien será siempre una desconocida.

Pasan unos pocos años, y Tony Webster se enfrenta al misterio de un segundo suicidio. Y cuarenta años después, cuando ya todo esto es historia antigua para él, tiene que revisar lo que creía establecido; y, sobre todo, se ve obligado a la difícil y desagradable tarea de revisar su propio comportamiento durante la juventud, tal vez incluso la verdadera esencia de su ser. Lo que descubre es inquietantemente distinto de lo que recuerda; la "historia de su vida", que tiene cuarenta años contándose a sí mismo, tal vez solo sea una ficción consoladora.

Una novela brillante, con una estructura que recuerda la de un policial, pero sin asesinatos; es posible que resulte incómoda para quienes prefieran que todas las cosas en la ficción estén claras. En El sentido de un final muchos aspectos fundamentales de la trama permanecen ocultos, están fuera del alcance de la indagación del protagonista y, por tanto, de los lectores, pero esos vacíos, esa información a la que no podemos acceder, y la incertidumbre sobre nuestra propia historia (y no digamos nada sobre la de los demás) está en el centro del entramado novelesco diseñado por Barnes.

Sort:  

Bienvenido de nuevo, maestro.
@tipu curate 8

Gracias, @jesuspsoto. Nos estaremos leyendo.
Saludos.