“Al compás de la emoción el alma encuentra su latido perfecto...”
Saludos, "Latidos" es una reflexión poética que escribí después de superar una crisis hipertensiva, gracias a Dios. En este escrito, exploro la conexión profunda entre los latidos del corazón y la vida humana, destacando cómo estas pulsaciones llegan a simbolizar nuestra vulnerabilidad, fortaleza y la energía vital que nos impulsa a enfrentar adversidades y celebrar los pequeños milagros cotidianos. A continuación, el texto para su lectura y respectivos comentarios.
Latidos.
Latidos.
Un signo que se enlaza con la vida.
Ellos llegan a ser el eco de lo que somos, la armonía de algo que no hace falta buscar porque siempre está, incluso después del último suspiro. Su sonido se traduce en energía, percibida solo por aquellos dispuestos a oír. Aunque a veces, se disfraza de aventuras, recorriendo el mundo asustado por la vanidad del ser; otras, vigilando los milagros que ocurren en ciudades perdidas.
Los latidos nos recuerdan lo vulnerables que somos. Su ritmo puede ser lento, normal o acelerado como en una emergencia. Y en el caso de las taquicardia nos da un recordatorio claro: somos seres llenos de recuerdos y de las más alentadoras sonrisas. Esas sonrisas tienen el poder de salvar hasta al más humilde de los pordioseros.
Esas contracciones que nacen en lo profundo del pecho son el pulso de una vida que acaba de nacer o, mejor dicho, existir. Son como un radar, un cuaderno constante de nuestra fragilidad y fortaleza. En cada pulsación, sentimos la conexión con el mundo, la vida fluyendo en cada rincón de nuestra existencia, brindándonos la energía para continuar, para enfrentar las adversidades y celebrar los pequeños milagros del diario acontecer.
Es aquí donde cada latido esconde una historia, una emoción, una esperanza. Siendo la música intocable de la vida, tarareando su canción para quienes se atreven a escuchar.
Los latidos del corazón…
English Version
“To the rhythm of emotion, the soul finds its perfect beat...”
Greetings,"Beats" is a poetic reflection I wrote after overcoming a hypertensive crisis, thanks to God. In this piece, I explore the deep connection between the beats of the heart and human life, highlighting how these pulsations come to symbolize our vulnerability, strength, and the vital energy that drives us to face adversities and celebrate the small everyday miracles. Here is the text for your reading and respective comments.
Beats.
Beats.
A sign that connects with life.
They become the echo of who we are, the harmony of something that doesn't need to be sought because it is always there, even after the last breath. Its sound translates into energy, perceived only by those willing to listen. Although sometimes, it disguises itself as adventures, traveling the world scared by the vanity of being; other times, watching over the miracles that occur in lost cities.
Heartbeats remind us of how vulnerable we are. Their rhythm can be slow, normal, or accelerated like in an emergency. And in the case of tachycardia, it gives us a clear reminder: we are beings full of memories and the most encouraging smiles. Those smiles have the power to save even the humblest of beggars.
Those contractions that are born deep in the chest are the pulse of a life that has just been born or, better said, exists. They are like a radar, a constant journal of our fragility and strength. In each pulsation, we feel the connection with the world, life flowing in every corner of our existence, providing us with the energy to continue, to face adversities, and to celebrate the small miracles of daily life.
Esta publicación ha recibido el voto de Literatos, la comunidad de literatura en español en Hive y ha sido compartido en el blog de nuestra cuenta.
¿Quieres contribuir a engrandecer este proyecto? ¡Haz clic aquí y entérate cómo!
Agradezco su apoyo, mil bendiciones a los integrantes de la comunidad @es-literatos.