No es casual que las agencias de viajes den por hecho que el pueblo de Kentworth es una total maravilla. De hecho, han estado haciendo dinero de muchas formas, en su mayoría legales. Pero se esconden algunos detalles siniestros que han procurado ocultar durante mucho tiempo.
Todos los lugares a los que se recomienda visitar están accesibles a todo el público. Al menos así aparece en la invitación en los folletos que suele entregar la agencia. Con imágenes tan hermosas que coinciden con lo que se puede ver allí una vez visitado el sitio por un módico precio. Sin embargo, el lago es el único lugar al que no parecen hacer mención y toda pregunta al respecto es ignorada.
Preguntar sobre ese lago sólo me generó intranquilidad. Sus rostros reflejaban cierto disgusto y era muy obvio que algo malo había sucedido allí. Quizás yo era el único que estaba de más y que podría complicar las cosas. Para mi mala suerte, había ido con la intención de tener una noche de pesca descansar de la rutina de la ciudad.
Así y todo decidí comprar un paquete de estadía en ese pueblo. El mismo constaba del viaje, hospedaje y acceso a distintas actividades. Pero nuevamente, el lago no se incluía de ninguna forma en mi travesía. Aún así no había nada que me limite ir allí, así que pensé decididamente en hacerlo.
Mis primeros días fueron de puro descanso. Logré despejarme de todos los males de mi trabajo. Quizás soy alguien que aún no encontró que es lo que le apasiona, pero ese es otro tema. Pensé en visitar ese lago en mi último día de estadía, pues si me querían quitar el acceso al paquete por el cuál pagué, sólo perdería ese día.
El lago en sí realmente daba miedo. La niebla era tan espesa que apenas se podía ver lo que había a unos cuantos pasos. Las luces por la noche solo lograban crear siluetas de las cuales desconfiar. Y la luna, solo estaba allí presenciando algo inusual.
Me dirigí hacia un muelle a observar el lugar que acontecía algo muy extraño. Los botes que estaban allí tenían una lámpara color naranja pero no parecía tener tripulación que la maneje. Habían más botes pero estos no tenían aquella lámpara. Decidí subirme a uno de ellos e ir a satisfacer mi curiosidad.
No pasó mucho tiempo hasta que llegué a uno de esos botes y noté que había una cuerda que los unía los unos a los otros. Una manta cubría a cada uno de ellos pero solo destapé el último. Una serie de cuerpos se hallaban apilados y parecían ser bastante recientes, pues a medida que inspeccionaba los demás botes, un hedor fétido impactaba mi nariz haciéndome por momentos darme intensas náuseas.
Cuando me decidí en largarme de allí todo espantado por el horror de la situación, alguien venía a lo lejos alumbrando con una linterna preguntando quién está allí. Supuse en ese preciso instante que sería mi fin. Aunque debo admitir que más le temía a la forma en que moriría. Aquellos cuerpos estaban desnudos cubiertos en sangre, totalmente deshechos por cuál sabe que atrocidad existente en la mente de unos criminales que aún no conozco.
Me oculté aprovechando la poca visión y no emití ni el más mínimo sonido. Creí desmayarme por aguantar las ganas de respirar, pero fue lo que me salvó de ser atrapado por ese hombre que seguramente me querría muerto.
Tan pronto pude dejar el lago llegué al hotel donde me hospedaba y allí me esperaba un policía. Sugirió que si tenía que denunciar algo lo haga con él, pero jamás me dijo la razón de su visita. A los pocos minutos llega su compañero totalmente exaltado mirándome fijamente.
— ¡Tenemos un intruso señor! Le comunicó.
A raíz de eso fui arrestado y puesto en un calabozo sin ningún tipo de explicación pero sí con malos tratos que se seguían de golpes en mi estómago y cara. Esa noche fue la última hasta que me liberaron al otro día por la mañana.
Los rumores dicen que entre medio de las aguas de ese lago viajan las víctimas de su curiosidad. Aquellas que lograron ver lo poco apto para el mundo normal. Se dice que en aquel lago trabaja una secta que hace dinero con el manejo de drogas y se satisface con los rituales cediendo a los curiosos al mundo infernal.
Ahora todos los días pienso en lo sucedido y me planteo que debo hacer con lo que sé. Esta sociedad jamás permitiría ponerse en riesgo por alguien que vio más allá de lo debido.
Aunque la pregunta que me planteo ahora es, ¿por qué sigo vivo aún?
It is no casualty that the travel agents take it for granted that the town of Kentworth is a total marvel. In fact, they have been making money in many ways, mostly legal. But they are hiding some sinister details that they have long sought to conceal.
All the places recommended to visit are accessible to the public. At least that's how it appears on the invitation in the brochures usually handed out by the agency. With images so beautiful that they match what you can see there once you visit the site for a small fee. However, the lake is the only place they don't seem to mention and all questions about it are ignored.
Asking about the lake only made me uneasy. Their faces reflected a certain displeasure and it was very obvious that something bad had happened there. Maybe I was the one who was the only one who was extra and who could complicate things. To my bad luck, I had gone with the intention of having a night of fishing to rest from the routine of the city.
However, I decided to buy a package to stay in that town. It consisted of the trip, lodging and access to different activities. But again, the lake was not included in any way in my trip. Still, there was nothing to limit me from going there, so I decided to do it.
My first few days were pure relaxation. I managed to clear myself of all the ills of my job. Maybe I'm someone who still hasn't found what he's passionate about, but that's another topic. I thought about visiting that lake on my last day of my stay, because if they wanted to take away my access to the package I paid for, I would only lose that day.
The lake itself was really scary. The fog was so thick that you could barely see what was a few steps away. The lights at night could only create silhouettes to be wary of. And the moon was only there to witness something unusual.
I headed towards a dock to observe the place where something very strange was happening. The boats that were there had an orange lamp but did not seem to have a crew to operate it. There were more boats but they did not have that lamp. I decided to get on one of them and go to satisfy my curiosity.
It wasn't long before I reached one of those boats and noticed that there was a rope connecting them to each other. A blanket covered each of them but I only uncovered the last one. A series of bodies were piled up and they seemed to be quite recent, because as I inspected the other boats, a foul stench hit my nose making me feel intensely nauseous at times.
When I decided to get out of there, terrified by the horror of the situation, someone came from afar, shining a flashlight and asking who was there. I assumed at that precise moment that it would be the end of me. Although I must admit that I was more afraid of how I would die. Those naked bodies were covered in blood, totally undone by who knows what atrocity existing in the mind of some criminals I still do not know.
I hid myself by taking advantage of the little vision and did not emit even the slightest sound. I thought I would faint from holding my breath, but it was what saved me from being caught by that man who would surely want me dead.
As soon as I was able to leave the lake I arrived at the hotel where I was staying and a policeman was waiting for me. He suggested that if I had to report something I should do it with him, but he never told me the reason for his visit. A few minutes later, his partner arrived, totally exalted, staring at me.
*- We have an intruder, sir," he told him.
After that I was arrested and put in a dungeon without any kind of explanation but with bad treatment followed by blows to my stomach and face. That night was the last until I was released the next morning.
Rumor has it that in the middle of the waters of that lake travel the victims of their curiosity. Those who managed to see the unfit for the normal world. It is said that in that lake works a sect that makes money with the handling of drugs and satisfies itself with the rituals yielding the curious to the infernal world.
Now every day I think about what happened and ask myself what I should do with what I know. This society would never allow itself to be put at risk by someone who saw beyond the pale.
Although the question I ask myself now is, why am I still alive?
Esta publicación ha recibido el voto de Literatos, la comunidad de literatura en español en Hive y ha sido compartido en el blog de nuestra cuenta.
¿Quieres contribuir a engrandecer este proyecto? ¡Haz clic aquí y entérate cómo!