Hoy, decidí, muy entusiastamente, participar en este bello homenaje al grandioso escritor venezolano Don Aquiles Nazoa, lo cual implica un reto grandioso, que asumo con mucho respeto.
Les presento el primer episodio de mi colección de cuentos de Pandemia, creada especialmente para niños, PRIHANNA. Les comparto (primicia para #hive) que este título es la unión de los nombre de mis tres hijas, quienes son las primeras que escuchan y leen mis cuentos (PRI: Priscila, HAN: Hanna y Na: Natalia).
Con amor para ustedes:
Prihanna, Un cuento en Pandemia.
Una linda mañana, como de costumbre, desde que Prihanna y su familia vivían en aquella hermosa ciudad, ella se despertó bien temprano, pues le gustaba aprovechar cada minuto del día para ver bien de cerca todo a su alrededor. Todavía no se había puesto los zapatos, cuando por la ventana vio caer lo que parecía una lluvia muy extraña, o al menos para ella era desconocida.
- Crash, crash, crash… sonaba con intermitencia, y el viento no dejaba de soplar con fuerza como si quisiera dejarse entender. Así que, apresuradamente, Prihanna corrió a ver de qué se trataba.
P.- ¡Qué cosa tan estrepitosa! Menos mal hoy no salí de casa, pues en la calle debe sentirse más fuerte ese torbellino de hojas. Decía así, pues no había tenido que ir a la escuela.
Z.- Miaw, miaw… (se acerca corriendo Zambi)… Prrr, prrr… (ronronea alrededor de las piernas de Prihanna). P.- Hola, Zambi ¿Estás asustada por el rugido de los árboles? Ven, te abrazaré.
Zambi era una hermosa gatita negra, que apareció en aquella casa cuando la familia de Prihanna comenzó a vivir allí. Se había convertido en una gran amiga de Prihanna. Fue amistad a primera vista. Ellas eran inseparables.
P. Mira, Zambi. ¿Habías visto algo así? Yo, no. Pareciera que todos esos árboles se aburrieron de su follaje y desean cambiarse el estilo.
Z. Prrr… Prrrr Era todo lo que Zambi respondía.
M.- ¡Prihanna, Prihanna!
Es la voz de la mamá. Ella corre y enseguida comienza a contarle todo lo que vio, mientras desayunaban juntas.
P. ¡Mami, mami! ¿Sabes qué está pasando en el patio?
M. No. Cuéntame.
Responde la madre, con una sonrisa como de complicidad.
P. Está lloviendo hojas; es una lluvia impresionante y escandalosa. ¡Nunca vi algo así!
M. Pri, ni yo lo había visto, ¿puedes creerlo? Pero, he leído al respecto, y aprendí que se trata de un cambio de estación. Por estos meses, de marzo a junio, en los países de América del Sur estamos en otoño. En esta estación, los árboles dejan caer su follaje y se preparan para recibir uno nuevo y más hermoso.
Prihanna no deja de mirar a su mamá, pero sus ojos parecen ser el reflejo de algo que se fabrica dentro de su mente. Ideas, pensamientos y todo lo que va entendiendo de aquella explicación. Cuando su mamá, concluye, Prihanna vuelve velozmente a salir a aquel patio de aprendizaje, y se sienta a mirar las hojas caer. A su lado, como siempre, se acomoda Zambi.
P. Observa, Zambi. Eso que le está pasando a los árboles, es algo perfectamente normal. No te debes asustar.
La gatita no le quita la mirada de encima, casi como si estuviera prestándole atención a su exposición.
P. Pasa, que la naturaleza entiende que algo mucho más lindo está por venir. Me parece, Zambi, que los árboles nos están dando una linda lección. Prihanna, con su mirada extasiada en aquel cambio estacional, deja brotar con palabras lo que iba percibiendo en su inocente alma.
P. Y ¿qué tal, Zambi, si los seres humanos necesitamos comenzar a soltar todo aquello que está de más en nuestras vidas?
Z. Prrr, prrrrr….
A la gatita parecía gustarle aquella vocesita de su amiga Prihanna, e inclusive, le encantaba aquella idea que planteaba.
P. Después de todo, siempre estamos deseando tener lindas cosas, pero no aprendemos a dejar ir lo que está sobrando. Acumulamos tanto, que a veces ni tenemos espacio para dar lugar a nuevas y buenas experiencias. Yo creo, que si quiero que venga todo lo hermoso por lo que pido cada noche en oración, debo comenzar a soltar, como los árboles dejan ir las hojas secas, todo lo que pesa, lo que sobra, lo que no da lugar a lo verdaderamente valioso.
Prihanna había llegado a la más profunda decisión. Y es que, todos tenemos anhelos, peticiones y grandes sueños por cumplir, pero, necesitamos hacer espacio en nuestro ser, para que todo lo que todo está por venir tenga cabida en nuestras vidas.
P. ¡Vamos, Zambi! Está comenzando a hacer frío acá afuera. Además, quiero compartirle a mamá todo lo que tú y yo aprendimos hoy. Se va cantando…
Hay tanto que aprender de esta estación.
Que si quieres cosas lindas recibir
Todo lo que está demás dejarás ir…
Laralarala… qué lindo es el Otoño,
¡Muy lindo, sí!
Abrazos. @yrmaleza
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Hola, me gustó el mensaje de tu cuento, hay que enseñar a los niños que hay cosas que hay que dejar ir y como tu dices vivir nuevas experiencias., es una excelente manera de vivir. suerte en el concurso.
Es así, para nosotros los adultos, una enorme lección también, ya que nos aferramos a tantas cosas sin sentido a veces. Gracias por tu comentario en mi post :-)
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¡Bello cuento con un importante mensaje! :-D
gracias querido @ylich, no imaginas lo que vale para mí tu comentario. Un abrazo
Hermoso cuento y con una gran moraleja. Gracias por compartir y muchos éxitos.
Gracias Damarys, por cierto, amo tu nombre
wao que hermosa historia. Por alguna extraña razón me suena algo familiar, en general me encantó tu redacción, la forma en que nos haces entrar en la historia y el caracter de esa niña prihanna. gracias por compartir.
Jajaja, medio familiar. Gracias por pasar por mi post