

Si alguna vez una novela te ha susurrado al oído, si has sentido que sus páginas no se leían sino que se respiraban, entonces estás listo. Aura, esa criatura literaria que Carlos Fuentes parió en 1962, no es solo un relato fantástico. Es un hechizo de tinta y papel, una niebla que se te cuela por los ojos y te atrapa sin aviso. No la lees: la habitas.
Y lo hace con una herramienta narrativa tan audaz como efectiva: el uso de la segunda persona del singular. Pero no te preocupes, no vamos a diseccionar la novela como en clase de teoría literaria. Hoy quiero invitarte a redescubrir Aura desde la piel del lector que se convierte en personaje, desde el vértigo de ser tú quien vive la historia.
Who hasn’t wanted to relive a moment? Who hasn’t wished the past would return, even if disguised? Aura shows us that such a desire can be magical—but also dangerous. Because it can trap us in a hall of mirrors with no exit.
If a novel has ever whispered in your ear, if you’ve felt its pages weren’t read but breathed, then you’re ready. Aura, that literary creature birthed by Carlos Fuentes in 1962, is not just a fantastic tale. It’s a spell of ink and paper, a mist that slips through your eyes and captures you without warning. You don’t read it—you inhabit it.
And it does so with a narrative tool as bold as it is effective: the use of second-person singular. But don’t worry, we’re not going to dissect the novel like in a literary theory class. Today I want to invite you to rediscover Aura from the skin of the reader who becomes the character—from the vertigo of being the one who lives the story.

Fuentes, figura clave del Boom Latinoamericano, no escribe Aura para que la contemples desde lejos. La diseña para que te sumerjas, para que te pierdas. Desde la primera línea —“Tú lees el anuncio”— el pacto está sellado. No eres un lector. Eres Felipe Montero. El'tú' no es una elección. Te sitúa en el corazón de la casona, te hace cómplice de su respiración. Te pone frente a Aura, y su belleza ya no es un espectáculo. Cuando la lógica y el tiempo se disuelven, no es la narración la que se desdibuja: es tu propio mundo el que se desvanece. Es la entrada más violenta: la que borra al lector para dejar solo al testigo.
Al usar la segunda persona para contar su historia, Fuentes borra la distancia entre tú y la ficción. No hay margen para la indiferencia. Estás dentro.
Fuentes, a key figure of the Latin American Boom, doesn’t write Aura for you to observe from afar. He designs it for you to dive in, to get lost. From the first line—“You read the ad”—the pact is sealed. You’re not a reader. You’re Felipe Montero. The “you” is not a choice. It places you in the heart of the mansion, makes you complicit in its breathing. It puts you face to face with Aura, and her beauty is no longer a spectacle. When logic and time dissolve, it’s not the narration that blurs—it’s your own world that vanishes. It’s the most violent entry: the one that erases the reader to leave only the witness.
By using the second person to tell his story, Fuentes erases the distance between you and the fiction. There’s no room for indifference. You’re inside.

La ambientación de Aura es tan poderosa que parece devorarte. La casona donde transcurre la historia es más que un escenario: es un organismo vivo. Respira polvo, exhala nostalgia, murmura secretos. La luz verde filtrada por los vitrales, los olores a cera y humedad, los sonidos apagados… todo contribuye a una atmósfera que parecer dialogar con los cuadros de Rembrandt: sombras densas, rostros apenas iluminados, una belleza decadente que te envuelve. Y en ese espacio suspendido, el tiempo deja de ser lineal. Se convierte en un círculo, en un eco, en una trampa. Felipe —tú— pierde la noción del día y la noche, de lo real y lo imaginado. Y ahí está el truco: cuando el tiempo se disuelve, el deseo puede reescribir la realidad.
The setting of Aura is so powerful it seems to devour you. The mansion where the story unfolds is more than a backdrop: it’s a living organism. It breathes dust, exhales nostalgia, murmurs secrets. The green light filtered through stained glass, the smells of wax and dampness, the muffled sounds… all contribute to an atmosphere that seems to converse with Rembrandt’s paintings: dense shadows, barely lit faces, a decadent beauty that envelops you. And in that suspended space, time ceases to be linear. It becomes a circle, an echo, a trap. Felipe—you—lose track of day and night, of what’s real and imagined. And there’s the trick: when time dissolves, desire can rewrite reality.

La relación entre Felipe y Aura es magnética, pero también inquietante. Aura no es solo una mujer hermosa: es un enigma. Su existencia parece depender de la anciana Consuelo, viuda del general Llorente. Cuando Consuelo sufre, Aura se desvanece. Cuando duerme, Aura desaparece. Esta simbiosis es el corazón del misterio. Fuentes va dejando pistas: los conejos blancos sacrificados por Aura, el retrato del joven Llorente que se parece demasiado a Felipe, el diario de Consuelo donde se revela su desesperado intento por recuperar el amor perdido. Todo apunta a una verdad que se resiste a ser dicha: Aura no es real. Es el doble mágico que Consuelo ha creado para revivir su juventud, para atraer al doble de su amado.
The relationship between Felipe and Aura is magnetic, but also unsettling. Aura is not just a beautiful woman: she’s an enigma. Her existence seems to depend on the elderly Consuelo, widow of General Llorente. When Consuelo suffers, Aura fades. When she sleeps, Aura disappears. This symbiosis is the heart of the mystery. Fuentes leaves clues: the white rabbits sacrificed by Aura, the portrait of young Llorente that looks too much like Felipe, Consuelo’s diary revealing her desperate attempt to reclaim lost love. Everything points to a truth that resists being spoken: Aura is not real. She’s the magical double Consuelo created to relive her youth, to attract the double of her beloved.

La escena culminante de Aura es brutal en su belleza y en su revelación. Felipe por fin posee a Aura. Pero en la penumbra, el cuerpo que acaricias no es joven. Es el de Consuelo. El hechizo se rompe. La ilusión se desvanece. Y sin embargo, no hay horror. Hay aceptación. Porque el deseo ha sido más fuerte que la razón. Porque el tiempo ha sido vencido, aunque sea por un instante. La última línea lo confirma: “Cierras los ojos apretándolos: cuando los vuelvas a abrir ya habrás aceptado ese mundo de prodigios incoables…” Tú ya no eres tú. Eres el general Llorente. Has sido absorbido por el mito.
The climactic scene of Aura is brutal in its beauty and revelation. Felipe finally possesses Aura. But in the shadows, the body you caress is not young. It’s Consuelo’s. The spell breaks. The illusion vanishes. And yet, there’s no horror. There’s acceptance. Because desire has been stronger than reason. Because time has been defeated, even if just for a moment. The final line confirms it: “You close your eyes tightly: when you open them again you will have accepted that world of unutterable wonders…” You are no longer you. You are General Llorente. You’ve been absorbed by the myth.

Pero, ¿por qué la segunda persona funciona tan bien? Aquí es donde quiero detenerme un momento. Como escritor, como lector apasionado, como alguien que cree en el poder de la forma, te aseguro que el uso de la segunda persona en Aura no es solo una elección estética. Es una forma de manipulación emocional. Al decirte “tú”, Fuentes te obliga a actuar, a sentir, a decidir. No puedes esconderte detrás de un “él” o un “ella”. No puedes juzgar desde afuera. Estás implicado. Y eso genera una tensión narrativa única. Te conviertes en cómplice, en víctima, en testigo. La novela se transforma en un ritual, en una ceremonia donde tú eres el oficiado.
Ahora bien, más allá del misterio, Aura habla de algo profundamente humano: el deseo de detener el tiempo. De volver a lo perdido. De reescribir la historia. Consuelo no es una bruja malvada. Es una mujer que ama con tanta intensidad que desafía las leyes de la realidad. Y en ese amor, en esa obsesión, hay algo que todos podemos reconocer.
But why does the second person work so well? This is where I want to pause for a moment. As a writer, as a passionate reader, as someone who believes in the power of form, I assure you that the use of second person in Aura is not just an aesthetic choice. It’s a form of emotional manipulation. By saying “you,” Fuentes forces you to act, to feel, to decide. You can’t hide behind a “he” or “she.” You can’t judge from the outside. You’re implicated. And that creates a unique narrative tension. You become accomplice, victim, witness. The novel becomes a ritual, a ceremony where you are the officiant.
Now then, beyond the mystery, Aura speaks to something deeply human: the desire to stop time. To return to what was lost. To rewrite history. Consuelo is not an evil witch. She’s a woman who loves so intensely that she defies the laws of reality. And in that love, in that obsession, there’s something we can all recognize.

Leer Aura es como entrar en un sueño lúcido. Sabes que algo no encaja, pero no puedes —ni quieres— despertar. Y eso es lo que la convierte en una obra maestra. Porque no solo te cuenta una historia: te convierte en la historia. Te obliga a mirar dentro de ti, a preguntarte qué parte de ti quiere creer en la magia, qué parte de ti está dispuesta a cerrar los ojos y aceptar ese mundo de prodigios.
Así que si aún no has leído Aura, hazlo. Pero no lo hagas como quien lee una novela. Hazlo como quien entra en un ritual. Como quien acepta ser hechizado. Porque en esta novela, tú no eres lector. Eres Felipe. Eres Llorente. Eres el deseo que desafía al tiempo.
Reading Aura is like entering a lucid dream. You know something doesn’t add up, but you can’t—and don’t want to—wake up. And that’s what makes it a masterpiece. Because it doesn’t just tell you a story: it turns you into the story. It forces you to look within, to ask yourself what part of you wants to believe in magic, what part of you is willing to close your eyes and accept that world of wonders.
So if you haven’t read Aura yet, do it. But don’t do it like someone reading a novel. Do it like someone entering a ritual. Like someone willing to be enchanted. Because in this novel, you’re not a reader. You’re Felipe. You’re Llorente. You’re the desire that defies time.
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Me encanta el entusiasmo que transmites con tus letras, nunca había escuchado sobre esta novela y de solo leer tu publicación me dieron ganas de buscarla. Gracias por compartirla. Saludos
Gracias, estimada, ya verás que te va a encantar, es una joyita. La atmósfera que crea Carlos Fuentes es increíble, es como si te metieras en un sueño… o más bien, en una pesadilla muy rara y fascinante. Es oscura, misteriosa, y tiene un toque tan mágico y extraño que se te queda grabado.
¡Un abrazo y muchas gracias por tomarte el tiempo de escribirme!
✍️
Me siento honrado por esta curación. Gracias por el apoyo a mi trabajo! ✍️
Aura es una criatura literaria extraña, una vez que la experimentas no la olvidas, y esa segunda persona te sigue resonando por los siglos de los siglos. Gracias por recordarla, el que no quede atrapado por esta reseña, no será atrapado por nada. 👏👏👏
Así es, muy extraña y tal vez por eso es fascinante. Carlos Fuentes nos propone ser Felipe Montero, a mirar con sus ojos y a sentir esa obsesión que se enciende en la penumbra de la casa de la anciana. Ese uso hipnótico de la segunda persona es como un hechizo. Tal vez la voz del destino susurrándole al oído al personaje, y por extensión, a nosotros.
¿No crees?
✍️✨
Wao, qué forma intensa de adentrarnos en el libro no leído y que, después de este post se vuelve necesario de leer. Buscaré, pues Aura, para leerlo urgida por la obligatoriedad sembrada por sus palabras y luego estaré volviendo por acá a compartir mis impresiones. Gracias por compartir. Le deseo éxito y muchas bendiciones más
Es un verdadero halago saber que estas palabras sobre Aura han sembrado en ti esa curiosidad urgente y necesaria, amiga @sayury. Esa novela tiene, precisamente, ese poder, invita a entrar en sus páginas de inmediato.
Que tengas mucha salud y prosperidad ✍️🌿
Amén
¡Excelente reseña! Un estilo muy sobrio e inteligente para recomendar una lectura.
Es un halago enorme que valores el estilo de la reseña, especialmente viniendo de alguien que, por cómo escribe, se nota que también tiene un ojo clínico para estas cosas.
Una novela que juega con las sombras, el tiempo y el desdoblamiento exige, creo, un acercamiento un poco más sobrio e introspectivo.
Un cordial saludo!! ✍️
Agradezco mucho la deferencia de apoyar mi trabajo!! ✍️
Siempre hermosamente geniales.
Gracias y maravilloso día!! ✨
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