Un juego adelantado a su época. Parte 1.

in Threespeak4 days ago

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    Saludos y bendiciones amigos.

    El aire olía a plástico de monitor caliente y a polvo de CD-ROM. Era el año 2003, y la mi PC, una caja beige y ruidosa, parecía un artefacto de otra era. El gaming de cartas se limitaba a interfaces planas o, en el mejor de los casos, a imágenes estáticas.

    Pero entonces, llegó Power of Chaos.

    Hice clic en el icono y, de repente, la pantalla cobró vida. No era solo un juego; era un portal.

   En el centro del campo de juego digital, no había un retrato borroso, sino un modelo 3D detallado de Yami Yugi. Su capa se movía, sus ojos brillaban con una intensidad digital que rompía la pared entre el anime y la realidad.

   ¡Es hora del duelo! la voz del Faraón resonó en los altavoces, nítida y perfectamente sincronizada con la animación de su boca. Era la voz de la televisión, ¡hablando directamente desde su computadora!

Cuando invoqué un monstruo, el sistema no mostró solo una imagen; la carta se elevó, giró con un efecto de luz azul y, en una ráfaga de polígonos, el guerrero apareció en el campo. El modelo era imponente, su espada brillaba mientras adoptaba su pose de ataque. No era una carta, era un ser digital.

Lo más asombroso, sin embargo, no fue el glamour visual. Recordé la frustración de otros juegos de cartas de la época, donde las reglas eran confusas y los efectos difíciles de seguir. Power of Chaos lo hacía simple: el juego gestionaba las Cadenas, se encargaba de los Puntos de Vida y hacía cumplir cada regla del complejo TCG de Yu-Gi-Oh! con precisión de relojero. Era el primer Asistente de Duelo Digital realmente funcional.

Después de un tiempo jugando logré conectar dos computadoras con un cable LAN largo y torpe para jugar Joey the Passion, se dieron cuenta de que estaban viviendo el futuro. Estaban compartiendo un Duelo en vivo, cara a cara, en la misma sala, pero mediado por la magia 3D de Konami.

Para la mayoría, era solo un videojuego. Pero para mi, Power of Chaos fue la primera vez que sintió que una máquina no estaba simulando un juego, sino que estaba creando una experiencia inmersiva, que combinaba gráficos de vanguardia, sonido profesional y reglas complejas, todo en un paquete accesible.

Era, sin duda, la profecía en polígonos: la forma en que el mundo jugaría a las cartas digitales en las décadas venideras.


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nada como forbiden memories!

clásico hermano