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Hey there, Hive!✨
If you close your eyes and listen closely, you can enter a divine meditation that continues at the pace you choose.
In music, you are everything and nothing; lost among chords, you experience everything and nothing. Dancing to the rhythm, you enjoy everything and nothing. Crying for a memory is everything and nothing. Dreaming within a melody, you have everything and nothing. Singing, you feel everything and nothing.
Lost... And found again when the music ends. You return to reality, but with a different, serene perspective, filled with peace.
You are one with yourself again. However, there are parts of you embedded in those songs that define what the soul is made of.
Music and its escapes from reality.
Today, joining the community's initiative of the month, I will reflect a little on music, emotions, and what this art means to me, which will forever mark my life.
I've talked in another post about music and its ability to convey sensations, emotions, and other things that somehow leave a mark on the people who listen to it. From a memory to a feeling, music is not just a collection of sounds but symbolizes a characteristic of life, and therefore also of our nature. In that post, I talked more about emotions and their close connection with what we hear, ideas that are more briefly captured in my writing at the beginning of this post. However, I didn't reflect much on the songs that have marked a key moment in my life. Obviously, there have been many; this can be intuited considering that I talk quite a bit about the music I listen to, even here on my blog. Taking the liberty of sharing personal experiences, for some reason I always end up associating a song with a particular stage of my life. There are songs that I remember as being the first ones I heard and that sparked a genuine interest in me, for their sounds, for how they made me feel. Imaginary by Evanescence was the first song I remember hearing from the band, when I was about 6 or 7 years old, sitting in my dad's car when he put on one of their CDs. Since then, they have been my favorite band and as such, there are many of their songs that are meaningful to me, such as Secret Door which was very in line with the magic of the fantasy stories that I was beginning to discover in my teenage years, or Good Enough which I also discovered when I was very young during the commercial breaks of Cartoon Network, captivating me not only with the music but also with the beautiful music video.
There are also songs like Car Radio by Twenty One Pilots, Bachelorette by Björk or Roses/Lotus/Violets/Iris by Hayley Williams whose lyrics I completely identify with because of what they describe. On the other hand, songs like Amanda by Boston, Te amo by Franco de Vita and Querida by Juan Gabriel that remind me of all the beauty of the relationships with my family. There are songs that remind me of significant people in my life like Congratulations by Post Malone and Sober by Tool, as well as others that remind me of specific moments where something changed in my life, either because of what they convey or because they were playing in the background, like Welcome to the family by Avenged Sevenfold and The Line by Twenty One Pilots. I could sit down and write an endless post with my entire playlist, but it wouldn't be as interesting for the reader.
However, just reviewing it, I realized the large number of songs that have influenced me throughout my life. I've left out many. Still, this reflection has allowed me to see how much music is a part of my daily life, how frankly, this is the type of art I enjoy the most and the one I definitely can't live without. Listening to music is when I'm most present in the here and now, but at the same time, I'm wandering in my own world, spinning in my thoughts. It's the art par excellence for emotional connection.
Español
¡Hola, Hive!✨
Si cierras los ojos y escuchas atentamente puedes entrar en una meditación divina que sigue su curso al ritmo que elijas.
En la música eres todo y nada, perdido entre acordes vives todo y nada. Danzando al ritmo gozas todo y nada. Llorar por un recuerdo es todo y nada. Soñando dentro de una melodía tienes todo y nada. Cantando sientes todo y nada.
Perdido... Y encontrado nuevamente cuando la música acaba. Vuelves a la realidad pero con otra perspectiva serena, llena de paz.
Vuelves a ser uno contigo mismo. Sin embargo, hay partes de ti engarzadas en esas canciones que definen de lo que está hecha el alma.
La música y sus escapes de la realidad.
Hoy uniéndome a la iniciativa del mes de la comunidad reflexionaré un poco sobre la música, las emociones y lo que éste arte significa para mí, marcando para siempre mi vida.
He hablado en otro post sobre la música y su capacidad de trasmitir sensasiones, emociones y demás cosas que de alguna manera marcan a las personas que escuchan. Desde un recuerdo hasta un sentimiento, la música no es solo un conjunto de sonidos sino que simboliza una característica de la vida, por tanto también de nuestra naturaleza. En aquel post hablaba más sobre las emociones y su estrecho vínculo con lo que escuchamos, ideas que se ven plasmadas de forma más breve en mi escrito del inicio de este post, sin embargo, poco reflexioné sobre las canciones que han marcado un momento clave de mi vida. Obviamente han sido muchas, eso se puede intuir tomando en consideración que hablo bastante sobre la música que escucho, incluso aquí en mi blog.
Tomándome el atrevimiento de compartir experiencias personales, por algún motivo siempre termino asociando alguna canción a una etapa particular de mi vida. Hay canciones que recuerdo por haber sido las primeras que escuché y que despertaron un genuino interés en mí, por sus sonidos, por lo que me hacía sentir. Imaginary de Evanescence fue la primera canción que recuerdo haber escuchado de la banda, teniendo unos 6 o 7 años, sentada en el carro de mi papá cuando él puso uno de sus CDs. Desde entonces, han sido mi banda favorita y como tal, hay muchas canciones suyas que son significativas para mí, como Secret Door que iba muy acorde a la magia de las historias de fantasía que comenzaba a descubrir en mi adolescencia, o Good Enough que descubrí también muy pequeña en las pausas comerciales de Cartoon Network, cautivándome no solo con la música sino también con el precioso video musical.
También están canciones como Car Radio de Twenty One Pilots, Bachelorette de Björk o Roses/Lotus/Violets/Iris de Hayley Williams con cuyas letras me siento completamente identificada por lo que describen. Por otro lado, canciones como Amanda de Boston, Te amo de Franco de Vita y Querida de Juan Gabriel que me recuerdan todo lo bonito de las relaciones con mis familiares. Están canciones que me recuerdan a personas significativas en mi vida como Congratulations de Post Malone y Sober de Tool, así como otras que me recuerdan a momentos específicos donde algo cambió en mi vida, bien por lo que trasmiten o porque sonaban de fondo, como Welcome to the family de Avenged Sevenfold y The Line de Twenty One Pilots. Podría sentarme a hacer un post infinito con toda mi playlist, pero no sería tan interesante para el lector.
Sin embargo, justamente revisando me he dado cuenta de la gran cantidad de canciones que me han marcado a lo largo de mi vida. He dejado muchísimas por fuera. Aún así, esta reflexión me ha permitido ver lo mucho que la música forma parte de mi día a día, cómo francamente éste es el tipo de arte que más disfruto y el que sin duda alguna no puede faltarme. Escuchando música es cuando estoy más presente en el aquí y el ahora pero a la vez, estoy vagando en mi propio mundo, dando vueltas en mis pensamientos. Es el arte por excelencia para la conección emocional.
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