
Todos, incluso el menos entusiasta del deporte motor, saben que en el torneo de Fórmula 1 que acaba de finalizar se impuso Lando Norris, un piloto inglés de 26 años que, a bordo de un McLaren, destronó a Max Verstappen y puso fin a un dominio de Red Bull que llevaba 4 temporadas consecutivas.
Mucho se ha hablado y continúa hablándose de los merecimientos, de lo extraordinario que es el neerlandés y de sus esfuerzos por conservar la corona, del rendimiento de los vehículos, de las estrategias de equipo, de las trampas, sanciones polémicas y otras cuestiones extra deportivas que hicieron que la resolución del torneo se mantuviera en suspenso hasta la última carrera donde finalmente se dio lo que muchos suponíamos desde mediados de año cuando la ventaja acumulada por los vehículos de la escudería color papaya parecía indescontable.
Desde mi punto de vista el campeonato se complicó para McLaren debido a sus errores estratégicos, principalmente por no haberse decidido a apoyar enfáticamente a uno de sus piloto, es cierto que eso parece injusto y muchos han sufrido el problema de ser segundo en las preferencias, no puedo dejar de mencionar a Carlos Reutemann quien perdió la posibilidad de ser campeón por un punto, solo por haber desobedecido una orden de equipo en las primeras carreras de aquella temporada de 1981.

No me refiero a beneficiar a uno en detrimento del otro, fundamentalmente porque ambos pilotos de la escudería de Woking mantenían sus chances intactas, solo creo que debieron dar directivas claras y concretas que evitaran el enfrentamiento directo entre ellos y que definieran una hoja de ruta y pautas que no existieron, por el contrario, esta situación confusa posibilitó que en algunas carreras se molestaran, se improvisaran estrategias de carreras que perjudicaron a ambos, se alterara el orden de ingreso a boxes y otras cuestiones técnicas que no viene al caso detallar pero que evidentemente les restaron puntos importantes que hubieran hecho que la remontada final de Verstappen fuera solo un detalle de escasa importancia.
Pero todo ha terminado de buena manera, no la mejor porque esa hubiera sido que ambos pilotos finalizaran en el primer y segundo lugar del campeonato, pero de todas maneras se consiguió el objetivo: campeones mundiales en ambos torneos, constructores y pilotos.
Y la tradición que se rompió fue doble, desde el torneo del año 2010 hasta este que acaba de finalizar, solo dos escuderías se alternaron en el dominio de la categoría: Red Bull y Mercedes.

Hagamos un repaso breve, la escudería de los dos toros se impuso consecutivamente en los torneos de 2010 y hasta el 2013 con Sebastian Vettel, luego pasó la posta a Mercedes que ganó todos los torneos disputados entre 2014 y 2020, 6 veces se impuso Lewis Hamilton y una vez el por entonces compañero de equipo del inglés, Nico Rosberg, quien obtuvo brillantemente el torneo de 2016. Ese año entre ambos vehículos de Mercedes se llevaron el triunfo en 19 de 21 competencias que conformaron el calendario de aquella temporada. Desde 2021 hasta 2024 volvió el dominio de Red Bull con 4 campeonatos consecutivos de Max Verstappen.
La tradición impuesta por el dominio de Red Bull y Mercedes se rompió el domingo anterior cuando McLaren volvió a obtener el torneo luego de una paciente espera de 17 años; fue en 2008 cuando Lewis Hamilton ganó el campeonato de pilotos por un solo punto sobre Felipe Massa con Ferrari conduciendo uno de los vehículos de la escudería McLaren que por aquel entonces no tenía el inconfundible color papaya que hoy lucen sus bólidos sino una combinación de gris acero y rojo.

La tradición de los últimos años se quebró, ¿nacerá una nueva dinastía o será golondrina de un solo verano? Lo sabremos el próximo año, cuando en marzo vuelvan a rugir los motores.
A broken tradition
Everyone, even the least enthusiastic motorsport fan, knows that Lando Norris, a 26-year-old English driver, won the recently concluded Formula 1 championship. Driving a McLaren, he dethroned Max Verstappen and ended Red Bull's four-season reign.
Much has been said, and continues to be said, about his merits, the extraordinary talent of the Dutchman, and his efforts to retain the title. There, the performance of the cars, the team strategies, the cheating, controversial penalties, and other off-track issues kept the championship outcome in suspense until the final race. There, what many had suspected since mid-season finally came to pass, when the lead built up by the papaya-colored team's cars seemed insurmountable.
From my point of view, the championship became complicated for McLaren due to their strategic errors, mainly their failure to decisively support one of their drivers. This indeed seems unfair, and many have suffered the problem of being second in the pecking order. I can't fail to mention Carlos Reutemann, who lost the championship by a single point, simply for disobeying a team order in the early races of the 1981 season.
I'm not suggesting favoring one driver over the other, because both McLaren drivers still had a chance. I simply believe they should have issued clear and concrete directives to avoid confrontation between them and to define a roadmap and guidelines that were lacking. On the contrary, this confusing situation led to friction in some races, improvised race strategies that harmed both drivers, altered pit entry order, and other technical issues that aren't relevant to detail here, but which clearly cost them valuable points. Which would have made Verstappen's late comeback seem like a minor detail.
But it all ended well, not perfectly, because that would have been for both drivers to finish first and second in the championship, but the objective was achieved nonetheless: world champions in both the constructors' and drivers' championships.
And the tradition that was broken was twofold: from the 2010 season until the one that just ended, only two teams alternated in dominating the category: Red Bull and Mercedes.
Let's do a quick recap: the Red Bull team won the championships consecutively from 2010 to 2013 with Sebastian Vettel. Then the baton passed to Mercedes, who won every championship between 2014 and 2020. Lewis Hamilton won six times, and his then-teammate, Nico Rosberg, won once, brilliantly securing the 2016 championship. That year, the two Mercedes cars took the victory in 19 of the 21 races on the season's calendar. From 2021 to 2024, Red Bull's dominance returned with four consecutive championships for Max Verstappen.
The tradition established by Red Bull and Mercedes' dominance was broken last Sunday when McLaren won the championship again after a patient 17-year wait. It was in 2008 that Lewis Hamilton won the drivers' championship by a single point over Felipe Massa with Ferrari, driving one of the McLaren cars that back then didn't sport the unmistakable papaya color their cars wear today, but rather a combination of steel gray and red.
The tradition of recent years has been broken. Will a new dynasty be born, or will it be a fleeting success? We'll find out next year, when the engines roar back to life in March.
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Héctor Gugliermo
@hosgug