Para ser feliz solo debes tomar tu propia decisión
Imagen propiedad de @lanzjoseg, proa del ferry
Brincar, brincar, brincar y brincar de felicidad, así lo hicieron mis hijas hace unos años cuando nos invitaron para dar un gran viaje, ellas nunca habían navegado en un ferry, lo mejor fue cuando se enteraron de que viajaríamos en ese ferry, pues brincaron de felicidad.
Me dio mucha risa porque Sofía la más pequeña de mis hijas, me pregunto si necesitaba un entrenamiento para montarse en un ferry jaja eso me dio mucha risa, no se porque razón me hizo esa pregunta, lo más probable sea producto de la emoción, y un niño emocionado suele decir muchas cosas producto de la emoción.
Mientras estábamos en el ferry ella ósea Sofía para ser más exacto, tuvo un tropiezo porque se mareo y me hizo saber, yo le explique que esos mareos suelen suceder porque no estamos acostumbrados a estar montados en un barco y cuando se navega las olas del mar hacen que el barco se tambalee y eso produce mareos, estuvimos un buen rato sentado y luego salimos a caminar nuevamente por todo el barco, ellas dos mi Victoria y Sofía lo quería conocer.
Ellas dos tuvieron mucho entretenimiento en esas casi 6 horas de viaje dentro en ese ferry, además que también pasamos varias horas esperando que el ferry zarpará, después de esa gran osadía de viaje por fin llegamos a nuestro hospedaje en un maravilloso hotel al frente de la famosa y archiconocida playa el agua, en ese hotel teníamos las tres comidas más postres y todas las bebidas nacionales que uno quisiera tomar, bueno yo particularmente no tomo, así que por mi parte todas esas bebidas alcohólicas no fueron tomadas.
Un viaje fantástico.
Venezuela brillará siempre, a pesar de su oscuro gobierno.
