Al final no tiene culpa la mascota, sino su dueño que no se ocupa y por irrespetar los espacios que no son suyos sino de todos, además de un patrimonio cultural.
saludos.
Al final no tiene culpa la mascota, sino su dueño que no se ocupa y por irrespetar los espacios que no son suyos sino de todos, además de un patrimonio cultural.
saludos.