No me declaro adicta a nada, sin embargo el plátano me encanta. No concebía, desayunar ,almorzar y cenar, sin que no estuviera el plátano presente , y por supuesto el cambur, acostumbré a mi hijo a comer platanos y gracias a Dios, está entre sus alimentos permitidos.
Los tostones son y serán mis preferidos en este momento .
En la institución donde me atendieron a mi hijo durante años, la contribución a la fiesta eran tostones, ellos dicen que estos si los pueden comer, no obstante, están en un envase de larga duración.
Mi hijo no los come, así él los prefiere, cocinados no le gusta nada de paquetes.
Yo si los como, y sobre todo de esa marca me gustan los de color amarillo, pero no siguieron vendiendolos así, fue limitada esa oferta.
Creo yo que nadie se resiste a comer sus platanitos, son muy sabrosos y sanos, no produce adicciones ni reacciones adversas, pero como está empaquetado, es recomendable no abusar, de lo bueno poco.
Ahora del hecho en casa , de ese si no pasa nada , yo lo he comido durante toda mi vida y estoy saludable.
Estos últimos meses hemos podido comerlo con asiduidad, por qué han bajado los precios.
El plátano está a Bs. 22 y el cambur a Bs. 10, gracias a estos precios he podido comprarlo semanalmente.
No como antes que compraba 40 plátanos todos los viernes y a veces hasta más, y cambures varios racimos al día, nunca faltaba, por qué a mí me daban bajas de cambur.
Cuando almorzaba fuera de casa, comía pastel de plátano y pedía de contorno, tostón, tajadas y ensaladas. Si me decían que tenía que pedir otro contorno, o tostón o tajadas, pedía una ración aparte, ellos lo que querían era que les pagara aparte, bueno se los pagaba.
Esa comedera de plátano es hereditaria, mi abuela desayunaba arepa con plátano horneado.
Gracias a Dios, que mientras ella vivió no hubo problemas con el gas ni con escasez de nada y a ella nunca le faltaron, sus plátanos y los cambures .
