Donde hay tres, caben cuatro.

in Hive Pets2 years ago

plomito_3.png

Eran las seis en punto de la tarde, el sol comenzaba a desaparecer lentamente en el horizonte, razón por la que aceleraba mis pasos mucho mas de lo habitual, tener que caminar por las aceras desoladas ya era un posible peligro para una mujer sumado a la ausencia de luz, origina un miedo casi justificado y no es que para un hombre no sea un peligro pero siendo mujer te enseñan a temer mas de la cuenta por ser mas atractiva ante los ojos del mal.

Ya estaba a diez minutos de llegar a mi destino, "solo un poco mas, vas bien" dije para mi misma acompañada de la cara mas seria que podía hacer para no demostrar el miedo que me causaba pasar por aquel basurero en el que solían dormir los vagabundos adictos. Solo faltaban dos cuadras para poder relajarme cuando escuche un sonido dulce y amistoso, un miaw salió de aquel minino que intentaba cruzar la calle, era solo un cachorro de aproximadamente 5 meses de edad que en cualquier momento podía terminar aplastado por algún auto que manejara sin precaución.

Independientemente del miedo infundado por los adultos mayores y las noticias fatalistas, me decidí por ayudar a ese pequeño a estar a salvo, lo tome con cuidado y lo metí a un callejón en donde pensé podría estar a salvo por al menos un rato, lo deje lo mas al fondo que pude y retomé el camino hacia mi destino sintiendo como mi consciencia comenzaba a atacarme "Lo abandonaste a su suerte" "Lo van a aplastar" "Pudiste haberlo traído" pero la razón me decía que no tenía como darle una vida decente, ya tenía dos animales en casa y si lo llevaba todo se complicaría ya que con dos mascotas estaba abusando de mi arrendadora y mi sueldo no era tan holgado para llevar otro integrante a mi hogar.

Mientras caminaba envuelta en mis pensamientos volví a escuchar su maullido, al voltear hacia atrás estaba él... Persiguiendo mis pasos, intente convencerme de ignorarlo pero sabía que tenía que cruzar la calle y que probablemente él me seguiría sin saber el peligro que eso implicaba así que no iba arriesgarlo a aquello, a fin de cuentas era solo un bebé y mi amor hacia los animales no me permitiría ese cargo de consciencia, entonces lo tome entre mis brazos y decidí llevarlo a casa, ya luego resolvería la situación.

Aquella noche le informé a mi arrendadora sobre la llegada de aquel gatito y como me siguió por casi dos cuadras... El alivio de aquella tensión llegó cuando me hizo saber que no había problema alguno con el nuevo integrante temporal, he de acotar que mi intención era buscar una familia que lo amara y bueno... Sin saberlo, su estancia se hizo permanente, nunca busque otra familia porque él ya estaba en su hogar y fue cuando entendí que ese minino me había escogido para amarlo y protegerlo.

Hasta pronto mis queridos lectores amantes de los animales.