Microcuento | Castigo

in #literatos4 years ago

No supe cómo sentirme cuando lo vi con la otra sentado en una plaza pública, disfrutando de un helado para dos como si fuese feliz... Como si tuviese derecho a tener una vida dulce sin estar yo presente.

Yo no soy una persona rencorosa... ¡El rencor es para los débiles de mente! Pero sí que me sé dar a respetar, claro que sí. ¡Cuando me prometen una vida entera, eso es lo que tienen que darme!

Ayer regresó pidiéndome cariño, como si yo no supiera las barbaridades que hace en mi ausencia. Me desnudé para él, y le susurré: —Quítate la ropa y espérame en el sótano... Allá tengo una sorpresita para ti.

Sigue gritando que lo deje salir, que no soporta la oscuridad ni el olor a muerto. ¿Qué creía él que iba a pasar si me traicionaba? No me importa que la otra fuese su madre... Ahora reposará allí con los otros hasta donde su cuerpo aguante. Es mío hasta la muerte.

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