Soñando despierto
Si la libertad no se hiciera extraña
admirar el norte tendría más sentido.
Poco más que un pantano fangoso
sin tierra seca ni verde pasto.
Ojalá pudiera extender mi mano
y alcanzar su cabello de seda
como fruto fresco, como tierna canela.
Las lluvias han traído torrentes de malos augurios
y noto el semblante de los vientos sordos.
Poco se logra para que retorne el celeste
y que el brillo jamás le abandone.
Ojalá pudiera sentir su mejilla
y econtrar mis dedos bajo su barbilla
como al tomar una copa de elixir.
Se abren las puertas y el vacío es evidente.
Perdí noches mintiendo, perdí días sin valor.
Poco logré sepultando el anhelo y los delirios,
nada es más fuerte que el recuerdo intacto.
Ojalá pudiera deslizar mi palma en su nuca
y que mi pulgar de cosquillas bajo su oreja
con vibrar impaciente, cuando los ojos se cierran.
Tantas fueron las aves que me vieron melancólico.
Fueron más las horas en vela, inmóvil.
Poco se hizo entre hojas marchitas.
Un cántaro infinito de sueños sin sombra.
Ojalá viviera hasta el último día
sin decirme con gesto de lamento
que no tuve ojos para ver el cielo
que solo puedo apreciar en sus labios.
Moldes erróneos
En el inicio los destinos son ideas de débiles memorias.
No habrá otro encuentro, en el espejo había una falacia.
Engañados los ojos, pero los oídos fueron más sabios.
Romperás el suelo donde pises, quiebras la tierra como el pan tostado
y melodías miman sin rigidez a quien las oye.
Al final serás la certeza, tantas cosas bonitas.
No te quitan verdad esos moldes erróneos...
Chocolate caliente
Hay un peculiar vaivén cuando caminas.
Las caderas sonríen y se regodean
a ritmo de Luna, como una pintura danzante.
Los pajarillos vuelan al extender sus alas
y doman los cielos con gracia solemne.
En Gaia se posa tu lindura amazónica
besada por el sol como prismas que tallan.
Tú vuelas andando libre como preciosa grallaria,
tú vuelas pisando la tierra.
Adornas con tu corretear de lindura excelsa.
El cielo se visita en tu viveza.
Si calzar la arena te alegra los pasos
te invito a la playa, dulce agua de coco.
Si prefieres las rocas y las cuestas empinadas
te abrazo el calor muy lejos, Chocolate Caliente.
Ven a pintarme de suaves rubíes
mientras hilo neblinas con rollitos de letras.
Imágenes cortesía de Pexels
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