El pequeño hombre entró por la puerta de la casa sin tocar y sin pedir permiso. Lo hizo como si fuese su propia casa. Ella, quien se encontraba sentada en el sofá lo vio entrar, lo observó con cara de sorpresa, pero no pudo decir nada, sólo se preguntaba qué demonios estaba pasando y quién era ese tipaco.
El pequeño hombre posó un reloj sobre la mesita delante del sofá. Ella se incorporó hacia adelante y observó el reloj, luego dio una vistazo al tipo con una mirada que cuestionaba toda la situación. El pequeño hombre presionó un botón que se encontraba en la parte superior del aparetejo. Entonces las agujas de éste dejaron de moverse. Ella dijo con un tono sarcástico, "Oh, genial, lo has apagado. ¿Y ahora?" El pequeño hombre no respondió, de hecho no abrió la boca en ningún momento desde que entró a la casa.
Ella no dijo ni una palabra más. Miró a su alrededor intentando disimular su incomodidad entonces lo vio: las cortinas de la ventana de la cocina permanecían paralizadas. No había un aire que las moviera. Se levantó del sofá y se dirigió al lugar. Al tocar la cortina ésta hizo un leve movimiento, luego al mirar más de cerca vio como una gota que salía de la canilla permanecía en el aire.
El pequeño hombre volvió a presionar el botón: la cortina se movió, la gota cayó. Tomó el reloj, se dirigió a la puerta y se fue tal y como entró.
Este relato forma parte del Concurso de Microrrelatos de Ciencia Ficción #MicroCiFi256 por el usuario @trenz.
A través del siguiente enlace pueden ingresar a la publicación donde están todos los detalles del concurso:
https://steemit.com/spanish/@trenz/concurso-de-microrrelatos-de-ciencia-ficcion-microcifi256-semana-6-el-dia-que-el-tiempo-se-detuvo
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