The fishermen of the great rivers that cross the vast savannas that cover a good part of the width of the national geography, are figures that often go unnoticed when we refer to the imaginary that has been built around the inhabitants of the Venezuelan plain to whom we commonly call llaneros.
Among these river routes where the Apure, Meta, Capanaparo and Cinaruco appear, perhaps the one that stands out the most is the Arauca, due to its extension that reaches 1,000 kilometers and its binational character between Colombia and Venezuela, since it naturally demarcates 300 km of border between these two countries. It is born in the high eastern Colombian mountains of the Páramo del Almorzadero region in the department of Norte de Santander, to descend and after crossing the Apure plains to converge with the waters of the Orinoco River on the side of Venezuela.
The fishermen of the Arauca River are descendants of a long cultural tradition inherited from the ancestral inhabitants of these lands, the Pumé or Yaruro people as also known, who still inhabit this area and that today, despite the violent contact with Western world, it still retains its language and particular cosmogony.
They combine fishing, hunting and agriculture in the floodplains of rivers and flooded lands and are part of an ancient and dynamic network of commercial exchange in the region that is several thousand years old, as several studies based on in archaeological evidence.
This in particular reminds us of the relevant weight that indigenous culture has on the ethnicity of being a llanero, sometimes far removed from the stereotypical image that has been forged around the archetype of this character, fed by the heroic narratives of the times. of the independence feat where a strong and indomitable man, faced with the wild nature and dedicated to the trades of the cattle ranch was the postcard that wanted to be exalted.
I took these photographs with my Canon 60D camera in the vicinity of the town of Elorza in the Apure state, where I had the pleasure of taking a morning promanade through the waters of the great Arauca River weeks before its great social event La Fiesta in Elorza.
ESPAÑOL
Los pescadores y navegantes de los grandes ríos que cruzan las vastas sabanas que cubren buena parte del ancho de la geografía nacional, son figuras que muchas veces pasan inadvertidas cuando nos referimos al imaginario que se ha construido alrededor de los habitantes del llano venezolano a los que comúnmente llamamos “llaneros”.
Entre estas rutas fluviales donde aparecen ríos como el Apure, Meta, Capanaparo y Cinaruco quizás el que más sobresale sea el Arauca, por su extensión que llega a los 1.000 kilómetros y su carácter binacional entre Colombia y Venezuela, ya que demarca de manera natural 300 km de frontera entre estos dos países. Nace en las altas serranías orientales colombianas de la región del Páramo del Almorzadero en el departamento del Norte de Santander, para descender y después de atravesar los llanos apureños para confluir con las aguas del río Orinoco del lado de Venezuela.
Los pescadores del Río Arauca son descendientes de una larga tradición cultural heredada de los pobladores originarios de estas tierras, el pueblo Pumé o Yaruro como tambiens conocido, que aún habita esta zona y que hoy día, a pesar del violento contacto con la cultura occidental, aún conserva su lengua y particular cosmogonía.
Combinan la pesca, la caza y la agricultura en las vegas de los ríos y terrenos inundados y forman parte de una antigua y dinámica red de intercambio comercial en la región que tiene varios miles de años, como así lo han atestiguado varios estudios basados en evidencias arqueológicas.
Esto en particular nos recuerda el peso relevante que tiene la cultura indigena sobre la propia etnicidad del ser “llanero”, a veces muy alejada de la imagen estereotipada que se ha forjado alrededor del arquetipo de este personaje, alimentadas por la narrativas heroicas de los tiempos de la gesta independentista donde un hombre recio e indómito, enfrentado a la salvaje naturaleza y dedicado a los oficios de la ganadería era la postal que se quería exaltar.
Estas fotografías las hice con mi cámara Canon 60D en las inmediaciones del pueblo Elorza en estado Apure, donde tuve el placer de tomar un paseo matutino por las aguas del gran Río Arauca semanas antes de su gran evento social La Fiesta en Elorza.
Thanks a lot! Regards!
Hermosas fotografías! Es interesante que abordes la cultura indígena en un espacio que se le atribuye al “llanero”, que es de alguna manera la imagen con la que se identifica esta región. Imagino que este contraste se notará en todos los aspectos, como las viviendas, la gastronomía y desde luego la música.
Si,a simple vista se identifican muchos rasgos indigenas en la propia cultura "llanera", sin embargo la mayoria de las veces siguen siendo excluidos de ese relato o ubicados en un pasado remoto, y en consecuencia pasa por debajo de la mesa la cultura de la pesca y las rutas fluviales habitadas durante varios milenios en esas sábanas.