Cierta mañana en la zona campestre repleta de turistas de diferentes países, el caminante paro para buscar un café típico del lugar. Cuando observo una pintura poco común, y se acordó de la frase de Albert Einstein cuando declaró: “Si no puedo escribirlo o dibujarlo es que no lo entiendo” Entender las diferentes expresiones del ser humano es una sensibilidad, que se desarrolla con la lectura, la meditación; en pocos seres humanos fluye naturalmente, por regla general es un beneficio que se adquiere con la paciencia y la observación detenida.
En algunas disciplinas de la vida, el artista se va formando paso a paso; pero existen las excepciones, como es el caso del chico que pinto el cuadro de su propia imagen en dos dimensiones. La sensibilidad temprana en este caso, estaba empaquetada en la caja de lápices de su corazón, como lo expreso Ramón Gómez de la Serna. Un cazador de talentos, sabe que el corazón humano preparado para la expresión artística, no necesariamente se encuentra en las aulas de altos niveles de las sociedades, lo puede encontrar en el caserío más humilde.