Martes de libertad


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La libertad que podemos alcanzar en Cristo no corresponde a un premio por el esfuerzo por nuestra buena conducta, Dios nos ofrece la libertad del pecado, de ese peso condenatorio que nos aleja de su presencia por el simple hecho de creer en la sustitución de nuestras vidas en la cruz al echar el peso de la condenación de toda la humanidad sobre si para que tu y yo seamos libres por la fe en Cristo.

Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.
Gálatas 5:1

Dios te bendiga hoy y siempre.