¿Alguna vez has sentido miedo de las personas que te miran en la calle? ¿no?
Es una sensación asfixiante, y te preguntas, ¿cómo algo tan insignificante como una mirada puede causar algo tan grande? ¿cómo una persona totalmente desconocida puede lograr algo así?
Es muy complicado tenerle miedo a que te miren en la calle, es algo natural en el ser humano, por eso sufro, sufro mucho y me cohibo de salir.
Pero las personas no son del todo inocentes, ya que ellos fueron los que provocaron ese miedo, con sus comentarios, sus miradas lascivas, e incluso, cuando algunas de esas personas se sobrepaso conmigo. El miedo empezó gracias a un acoso, a un abuso. No todos son iguales, y no todos te miran tan asquerosamente, esas personas no tienen la culpa de lo que otros hayan hecho.
Pero simplemente ya esta hecho, el miedo está ahí, seguirá ahí.
Pero no me puedo atascar ahí, lo mejor es enfrentarlo y seguir. No se le puede tener miedo a las personas, ni a sus miradas, tampoco a sus comentarios, no hay que tener miedo de nada, hay que enfrentar esos miedos. No hay que dejar que lo que digan esas personas aunque tengan un doble sentido te afecte, no hay que darle ese poder a una persona que no conoces.
No dejes que abusen de ti, se fuerte, grita, golpea, pelea, no dejes que ese miedo te afecte.
Voy por la calle y las personas me miran, y ya no bajo mi mirada, siendo fuerte lo que hago es devolver la mirada un poco más dura, porqué no tengo que dejar que ellos me afecten.
Sí, realmente es un tema complicado, anteriormente también me afectaba mucho esta situación por los comentarios, sin embargo, si no es más que eso se debe seguir, alguien con poca moral no puede arruinarte tu día.
Exacto, no debemos dejar que alguien tan ajeno a nosotros nos afecte, o qué esos comentarios nos afecten. Lo mejor es siempre seguir.
Entiendo ese sentimiento bastante bien. Camino frecuentemente yo sola y siento miedo cada segundo hasta que llego a un sitio seguro, siento algunas miradas y escucho comentarios que me ponen nerviosa. Pero intento que eso no me arruine el día y mis propósitos. Hay que ser fuerte, como dijiste, no dejar que ellos nos afecten y seguir adelante.
Creo que las miradas, que suelen ser mayormente lascivas y los comentarios son los que causan más nervios, un poco más de miedo. Pero lo mejor es no escuchar esos comentarios, y no darle tantas vueltas a esas miradas. Somos mejores que esas personas, y ellos no son parte de nuestra vida ¡qué no nos afecte!