Llevamos con nosotros un cofre valioso, corazón
Somos responsable de lo que situemos dentro de ella.
Procuremos guardar todo aquello que es invaluable e irreemplazable.
Llenémosla de amor, de paz, honestidad, integridad y de mucha bondad.
Que el odio no tenga cabida en él, y mucho menos el resentimiento.
Cuidemos de que su color siempre sea el rojo, sin permitir que el mal la en negrezca.
Sea este un cofre que al abrirlo, el olor que emerja de ella sea a jazmín.
Y no un cementerio lleno de cuerpo putrefacto donde la muerte reina.
Lo que guardemos en ella, se vera reflejado en nuestro exterior.
De ello depende vivir en completa armonía.
Es nuestro corazón un gran cofre, que debemos resguardar.
Porqué aun que no lo veamos, el mal busca siempre echar mano de ella.
Somos el guardián de nuestros corazones, seamos cuidadosos.
Y siempre estemos atento y vigilante.
Por que nuestra vida dependerá de ella.
Como dijo el salmista, crea en mí, oh Dios, un corazón limpio.
