Reseña: Moby Dick, Herman Melville

in #spanish6 years ago

Es una gran novela del escritor Herman Melville publicada en 1851, en la cual utiliza el género de aventuras para recrear una lucha. El Capitán Ahab, a bordo de su barco ballenero Pequod, en una obsesiva persecución intenta acabar con Moby Dick una colosal ballena blanca que para él representa el mal, ya que está en su último encuentro le desgarro una pierna. La historia es narrada por Ismael, el único superviviente del último viaje del Pequod. Por medio de este simbolismo la novela toma una profundidad filosófica que sobrepasa por mucho la mera aventura marinera.

Nantucket.

Este es el nombre de la localidad costera donde Ismael decide embarcar, debido a que la isla es muy prestigiosa por su industria ballenera. Al lado de Quiqueg, un nativo de la isla del pacifico y gran arponero comenzara esta gran travesía. Y es que Nantucket es patria de valientes marinos que se dedican a cazar ballenas.

Y asi esos desnudos hombres de Nantucket, esos ermitaños marinos, saliendo de su hormiguero en el mar, han invadido y conquistado el mundo acuático como otros tantos Alejandros, repartiéndose entre ellos los océanos, Atlántico e Indico como las tres potencias piratas lo hicieron en Polonia (...) Pues el mar es suyo, ellos lo poseen, como los emperadores sus imperios, y los demás navengantes solo tienen derecho de transito por él.
-Moby Dick, Herman Melville.

El Pequod.

Entre varios balleneros en el puerto de Nantucket, Ismael decide embarcar en el Pequod, un antiguo barco, comandado por el autoritario Capitan Ahab, un viejo lobo de mar que tiene una pierna construida con la mandibula de un cachalote. Este es un ballenero castigado por la dureza de las largas travesías.

-Pero ¿Por qué se mete a pescar ballenas? Quiero saberlo antes de embarcarle.
-Bueno señor, quiero ver que es la pesca dela ballena. Quiero ver el mundo.
-¿Con que quiere ver que es la pesca de la ballena?. ¿Ha echado un ojo alguna vez al capitán Ahab?
-¿Quién es el capitán Ahab?
-Claro, claro, ya me lo suponía. El capitán Ahab es el capitán de este barco.
-Entonces estoy equivocado. Creía que hablaba con esa persona.
-Habla con el capitán Peleg: con ese es con quien habla. A mí y al capitán Bildad nos corresponde cuidar que el Pequod tenga todo para el viaje y este provisto de todo lo necesario, incluyendo la tripulación. Somos copropietarios y agentes. Pero, como iba a decir, si quiere saber que es la pesca de ballena, como decía que quería, puedo darle la manera de averiguarlo antes de comprometerse sin poderse volver atrás, ponga los ojos en el capitán Ahab, y encontrara que no tiene más que una pierna.
-¿Qué quiere decir? ¿ha perdido la otra con una ballena?
-¡Que si la ha perdido con una ballena! Joven, acérquese más: la devoro, la masticó, la aplastó el más monstruoso cacholote que jamás hizo astillas un bote, ¡ah, ah!.
-Moby Dick, Herman Melville.

El Capitán Ahab.

El capitán no hace acto de presencia sino hasta que el barco ya se encuentra en alta mar, cuando comienza a salir al puente del barco luego de haber estado recluido en su camarote. El aspecto físico de Ahab, combinado con su actitud atormentada, impresionan de gran manera a Ismael.

Tan poderosamente me afecto el conjunto del sombrío aspecto de Ahab y la lívida marca que le señalaba, que durante unos pocos momentos apenas note que no poco de su abrumador aire sombrío se debía a la bárbara pierna blanca sobre la que parcialmente se apoyaba. Ya me habían dicho que se está pierna marfileña estaba hecha en el mar con el pulido hueso de la mandíbula del cachalote (…)
-Moby Dick, Herman Melville.

La Venganza de Ahab.

Mientras la navegación avanza Ahab, va desviando la ruta del ballenero según va recibiendo noticias de Moby Dick por otros barcos. Un día Ahab muestra un doblón de oro y lo deja en el mástil, prometiendo que el primero que divise a la ballena blanca, llamada Moby Dick, será el ganador de dicho doblón. A continuación expone su deseo de venganza.

-Capitan Ahab, he oído hablar de Moby Dick, pero ¿mo fue Moby Dick la que le arranco la pierna?
-¿Quién te lo ha dicho? –gritó Ahab, y luego, tras una pausa-: Si, Starbuck; si, queridos míos que rodeáis; fue Moby Dick quien me desarboló; fue Moby Dick quien me puso en este muñon en que ahora estoy. Si, si –gritó con un terrible sollozo, ruidoso y animal, como el de un alce herido del corazón-: ¡Si, si! ¡Fue esa maldita ballena blanca la que me arraso, la que me dejo hecho un pobre inútil amarrado para siempre jamás! –luego agitando los brazos, gritó con desmedidas imprecaciones-: ¡Si, si, y yo la perseguiré al otro lado del cabo Buena Esperanza, y del cabo de Hornos y del Maelstrom noruego, y de las llamas de la condenación, antes de dejarla escapar! Y para eso os habéis embarcado, hombres, para perseguir a esa ballena blanca por los dos lados de la tierra, hasta que eche un chorro de sangre negra y estire la aleta. ¿Qué decís hombres: juntareis las manos en esto? Creo que parecéis valientes.

-¡Si, si! –gritarion los arponeros y marineros, acercándose a la carrera al excitado anciano-: ¡Ojo atento a la ballena blanca; un arpon afilado para Moby Dick!
-Moby Dick, Herman Melville.

Primer Ataque.

Un día un marinero divisa una ballena, aparentemente se trata de Moby Dick, al realizar el anuncio los marineros rápidamente descienden en los botes, mas rápidos y agiles que posee el Pequod, para poder seguir al animal. Los marineros más veloces y fuertes propulsan estos botes con los remos, acompañados de los arponeros, especializados en el manejo del arpón y el siempre presente y vengativo capitán Ahab. En una de las lanchas capitaneadas por Starbuck se encuentra Quiqueg.

-Esa es la joroba. ¡Ahí, ahí, dale! –susurró Starbuck.
Un breve ruido zumbante salió disparado de la lancha: era el hierro lanzado de Quiqueg. Entonces, en una sola conmoción mezclada, vino por la popa un empujón invisible, mientras la lancha, a proa, parecía chocar con un arrecife: la vela se hundió y estalló; un borbotón de vapor abrasador brotó muy cerca disparado; algo rodó y se agitó como un terremoto debajo de nosotros. La tripulación entera quedó medio sofocada al ser lanzada en confusión entre la blanca espuma cuajada de aquel huracán. El chubasco, la ballena y el arpón se habían fundido, la ballena, meramente arañada por el hierro, se había escapado.
-Moby Dick, Herman Melville.

La Forja De Un Arpón.

Luego de este primer ataque y el fallido intento de los marineros por cazar a la gran ballena blanca, el Pequod pierde la pista de Moby Dick. Después de mucho tiempo navegando y tratando de dar con su paradero se consiguen con otros barcos que no tampoco tienen noticias. Mientras tanto cazan otras ballenas que le permite al narrador explicar el aprovechamiento que se le da a bordo al animal: grasa, carne, huesos, etc. Ahab acompañado por sus tres mejores arponeros, hace una visita al herrero del barco, al que le trae herraduras de caballo y cuchillas para que forje el mejor arpón posible.

-No lo quiera Dios, pero me temo algo, capitán Ahab, ¿No es este arpón para la ballena blanca?
-¡Para el demonio blanco! pero ahora, el filo; tienes que hacerlo tú mismo hombre. Aquí están mis navajas de afeitas, el mejor acero: toma, y haz el filo tan agudo como las agujas de la nevisca del mar de Hielo.
-Por un momento, el viejo herrero miró las navajas como si no tuviera deseos de usarlas.
-Tómalas hombre, no me hacen falta: pues ahora ni me afeito, ni rezo hasta que… pero ¡vamos!... ¡Al trabajo! (…)
-Un montón de inclinaciones replicaron “si”. Tres pinchazos se dieron en la carne pagana, y el filo para la ballena blanca quedo entonces templado.
-Moby Dick, Herman Melville.

La Lucha Final.

Luego de mucho tiempo navegando el océano, en el cual muchos tripulantes se preguntaban cuál era el sentido de la ciega obsesión de Ahab, el Pequod vuelve a encontrarse con Moby Dick, en eso los marineros descienden nuevamente al agua en los botes más rápidos y asi comienza la lucha. La gran ballena blanca consigue hundir una de las barcas, pero sus tripulantes pasan a os botes restantes. Tres días dura la incansable persecución, en la cual Moby Dick mata a varios tripulantes. Al final, la gran lucha termina con un trágico desenlace.

-Hacia ti bogo, ballena omnidestructora pero invencible, al fin lucho contigo; desde el corazón del infierno te hiero, por odio te escupo mi último aliento. ¡Húndanse todos los ataúdes y todos los coches fúnebres en un charco común! Y puesto que ninguno ha de ser para mí, ¡Vaya yo a remolque en trozos, sin dejar de perseguirte, aunque atado a ti, ballena maldita! ¡Así entrego la lanza!
-Se disparó el arpón: la ballena herido voló hacia delante; con velocidad inflamadora, la estacha corrió por el surco y se enredó. Ahab se agacho para desenredarla, y lo logró, pero el lazo al vuelo le dio la vuelta al cuello y, sin voz, igual que los silenciosos turcos estrangulan a sus víctimas, salió disparado de la lancha, antes que los tripulantes supieran que se había ido. Un momento después, la pesada gaza en el extremo final de la estacha salió volando de la tinta vacía, derribaba a un remero, e, hiriendo el mar, desaparecía en sus profundidades.
-Moby Dick, Herman Melville.

Espero que disfruten de mi post y conozcan más sobre Moby Dick de Herman Melville, una travesía marítima extraordinaria que nos llevará a descubrir de que es capaz un hombre con sed de venganza.

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Hola @andrealbm. Me gusta mucho la literatura. Comparto algunos gustos. La literatura clásica es muy linda la verdad. Los sentimientos los relatan de una manera muy pura y eso te atrapa por completo. Actualmente estoy muy interesada en los thrillers judiciales porque explican muchas cosas del sistema judicial que a veces ni entendemos. Espero que podamos compartir recomendaciones de libros.

¡Saludos!