LLAMA GEMELA

in #spanishlast year


Me había alistado con mi mejor outfit y llamé a la florería que se encontraba cerca de mi departamento, pedí un ramo de tulipanes morados. Cuando llegué a recogerlas, vi a Sarah sentada en una banca de madera, esperándome. Vestía un vestido blanco con estampado de flores, se veía hermosa.

Cuando me acerqué a ella, me sonrió y se levantó para darme un abrazo.

-Te ves hermosa, pero se suponía que pasaría por ti-le dije.

-Tú también te ves muy guapo. Respecto a pasar por mí a mi casa, bueno, cambie de opinión quería sorprenderte-respondió.

-Te compré esto para ti- estiré mis dos manos y le entregué el ramo de tulipanes.

-¡Están preciosas! ¿Cómo supiste que eran mis favoritas?

-Lo intuí porque si tuviera que describir con que color me identifico cuando estoy contigo sería el morado porque es una mezcla de azul y rojo, dos colores que me gustan mucho-le respondí.

-Eres muy romántico, ¿sabes? -me dijo mientras me abrazaba.

-¿Estas lista para nuestra cena?

-Por su puesto- me respondió.

íbamos caminando sobre la acera mientras platicábamos sobre nuestras vidas, de repente Sarah se detuvo y me miró.

-¿Qué sucede?-le pregunté.

-Nada, solo que estoy muy feliz de estar aquí contigo-me respondió.

-Yo también Sarah, yo también-le dije mientras la abrazaba.

Entonces sentí como poco a poco Sarah se desvanecía de mis manos, se estaba desmayando. Corrí hasta encontrar una tienda cercana para pedir ayuda, pero nadie me auxiliaba, así que llamé al 911 y les expliqué lo que estaba sucediendo, dijeron que tardarían en llegar con una ambulancia, así que tomé un taxi hasta el hospital más cercano con Sarah en mis brazos.

Cuando llegué al hospital, la enfermera se acercó a mí y comenzó a tomar mis datos, en ese momento estaba tan asustado por Sarah que ni siquiera podía poner atención a lo que me decía. Tomó mi brazo y empezó a sacarme sangre y cuando vi ya estaba con una bata blanca a puesta de paciente, así que me alerté y le exigí a la enfermera que me dijera como estaba Sarah, y ella se mantenía muda, sin un signo de empatía alguno.

Finalmente, un doctor se acercó a mí y comenzó a preguntar en dónde vivía y si tenía algún familiar cercano en la ciudad, ¿qué tonterías son estas preguntas? ¿Dónde está Sarah? Así que empecé a safarme de todos los aparatos que me rodeaban y empecé a gritar para que me dieran razón sobre Sarah.

-Déjenlo un momento, yo me haré cargo- Dijo otro médico en turno. Salieron todos de cuarto en el que me encontraba y muy amablemente se sentó a mi lado para explicarme que había pasado con Sarah.

-Entonces, porque no me cuentas quién es Sarah

-Es mi novia- Respondí.

-Ya veo, ¿en dónde se conocieron? - Dijo el doctor.

Sentí que me iba a desmayar, pero el doctor me sostuvo hasta que recuperé el conocimiento.

-En una pequeña fiesta que organizó un amigo por su cumpleaños- Respondí.

-¿Fiesta de cumpleaños?- Preguntó el doctor.

-Sí, el cumpleaños de mi amigo- Respondí.

-David...- me dijo el doctor con mirada preocupante.

-¿Qué?

-Hace diez años que estás diagnosticado con esquizofrenia, por ahora estás bajo control con tus medicamentos de rutina, pero resulta que al parecer han regresado tus episodios de delirio- Dijo el doctor.

-No es cierto, yo estoy bien- Respondí.

-David, escúchame, Sarah no existe y las probabilidades de que vuelva a suceder otro ataque son muy altas, necesitamos internarte de nuevo en tu clínica- Dijo el doctor.

No podía creer lo que estaba escuchando, Sarah no existía, todo lo que había vivido con ella era un producto de mi enfermedad, pero aun así en mi interior sabía que ella era real, que había estado a mi lado en momentos difíciles.

-No, yo no quiero ir- Respondí.

-David, escúchame, es lo mejor para ti- Dijo el doctor.

No podía aceptarlo, no quería volver a esa clínica en la que me habían tratado como un animal, Sarah era real, yo la había amado y aun la amaba, no podían quitarme eso.

-No, yo no quiero ir- Repetí.

Bueno, de todos modos, tenemos el permiso de tu familia. Esto es serio, David y al parecer aún no te das cuenta de a que lugares te podría llevar todo esto, créeme, no son sitios agradables. Me dijo eso mientras se iba del cuarto en el que me encontraba, no tenía opciones, tenía que aceptar lo que me estaban diciendo. Después de todo, Sarah no existía.

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