Yo y mi conflicto con las mujeres

in #spanish6 years ago (edited)

Soy solitaria. No tengo muchas amigas. Nunca las he tenido. Desde que estaba en primaria nunca encajaba en los grupos de mujeres. O se burlaban de mi, o me ignoraban, o me utilizaban para que las ayudara en equis cosa. Si, era la nerd. La que sólo hablaba de cosas aburridas e «inteligentes».

Suelo hacer prejuicios de la mayoría de las mujeres, como si fueran unos pequeños, frágiles y silentes demonios. (Exagero pero es para darle cierta expresión) Suelo pensar que son odiosas o que se sienten superiores a mi. Que quieren rebajarme de cualquier forma.

Creo que necesito amigas que me idolatren y me admiren, para sentir que soy algo importante para ellas. Porque de otra forma, soy yo quien se termina ilusionando con una amistad que nunca florece. Yo trato, lo intento. De verdad intento integrarme y conversar más. Pero nunca hay click, aparece un rechazo inmediato. Una mirada lasciva de reojo.

Estaría consciente que los prejuicios son peligrosos. Y mucho más los sesgos que se han creado en ti cuando las niñas siempre te trataron mal en el colegio. Quizás ninguna es tan mala como parece.

Quisiera estar rodeada de esas amigas que te invitan a salir y te sorprenden en tu cumpleaños. Suelo sentir que la mayoría me ignora. Creo que les parezco infantil, tonta... O demasiado distinta para estar con ellas. Cuando me les acerco creo, por su lenguaje corporal, que me evitan o se ponen tensas. No sé, de inmediato no nos caemos bien.

Pero quizás yo tampoco pongo de mi parte.

No voy a ponerme adornos estúpidos y pintarme el cabello para tratar de encajar. Y mucho menos hablar cosas triviales y con modismos anglosajones ridículos. Ni se diga de las vanidosas y pretensiosas visitas al salón de belleza, a que me pinten las uñas como si fuera una incompetente. No vale la pena por muchachitas acomplejadas y tontas.

Irónicamente, ese es el tipo de amigas que quiero. Parece que la pasaran bien, en sus trivialidades, en sus chismesitos, sus cabronerias y puterías. En su constante competencia por sentirse superior y verse mejor que la otra. Total, siempre están juntas.