El título anuncia el desenlace de la historia. Es bastante triste y cruel, lo cual se acentúa con la óptica inocente y nostálgica del animal. Muy buen relato, del que sólo me quedó la espinita de no saber el nombre del perro (pero es un deseo personal y nada más). Si le gustó el ejercicio de narrar desde la óptica del can, le recomiendo la historia de Mr. Bones en la novela Tombuctú de Paul Auster. Saludos y felicidades por la calidad del relato.
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Pues fíjate que estuve meditando lo de si darle nombre o no al can. Finalmente, como has visto, pensé que no... pues muchos son los perros que viven situaciones como esta. Título premonitorio, también elegido :) Muchas gracias por leerme y por la recomendación.
Yo no habría sabido qué nombre darle. Como Flaubert, algunas veces le doy demasiada importancia al nombre de los personajes. Es cierto, es una ficción dotada de mucha realidad. Gracias a ti, por compartirnos tu pluma.