Hay un fenómeno natural que se ve en los campos y en los cementerios. Los científicos le llaman fuegos fatuos. En Argentina, es conocido como Luz Mala y en la costa norte colombiana como La Luz del otro Mundo.
Los campesinos de esta región colombiana, tienen otra visión de este prodigio, creen que ella muestra el sitio donde hay un tesoro enterrado. Por esto, un día mi padre, que era creyente de estas cosas, al verla aparecer una madrugada, cerca de su finca, no dudó en salir a su encuentro.
Esta luz que flotaba se encontraba a escasos 300 metros de su casa. Cuando estuvo aproximadamente a 20 metros de ella, se detuvo, impresionado por este magnífico prodigio de la naturaleza. Sintió temor y comenzó a retroceder, caminando hacia atrás. La luz se movía en la medida en que mi padre avanzaba. Si se detenía, ella se detenía. Cuando mi papá estuvo lo suficientemente cerca de la casa, salió corriendo y cayó desmayado en la sala.
Mamá, que se encontraba dormida se despertó con el estruendo que hizo mi papá al entrar a la casa, de inmediato lo socorrió dándole a oler alcohol. Cuando él volvió en sí, contó a mi mamá todo lo acontecido, ella miró por la ventana que daba al patio, pero ya la luz había desaparecido.
Aquí les anexo una imagen artística de La Luz del otro mundo.