Mi pequeño hermano, quizás el próxima Steve Jobs del mundo,pero nunca lo sabrá ni lo intentará porque es ignorado por familiares, solo porque en la escuela no le va bien. Desde aquí te abrazo y te cuido dándote ánimos para que nunca abandones tus sueños por locos que sean.
Madre... tan dura contigo misma por abandonarme o hacer de tu prioridad los hombres, no te preocupes, después de todo fue una vida feliz, aprendí mucho, después de ti más nadie me volvió a lastimar.
Padre, un caso especial y bastante particular. Siempre ausente, jamás visto ni reconocido, a ti también te perdono por no estar presente en estos años. Curioso que hayas decidido venir hoy.
Mi hermana, luchadora desde pequeña, lamento haber robado tu infancia, cuidar de mi no fue fácil y menos siendo tan pequeña. Tengo tanto que agradecerte que mira, la vida no me dio tiempo para hacerlo.
Hoy todos están aquí reunidos porque ninguno supo que hacer, nadie supo reaccionar y ahora todos se sienten culpables por no haber querido evitarlo.
les contaré que pasó para llegar hasta aquí
Era temprano pero no lo suficiente para poder haber despertado a tiempo y llegar a la universidad, aún así me dirijo al cuarto de mi madre, pero aún seguía dormida. Intenté despertarla pero a duras penas dijo
Quédate hoy y así descansas un poco, lo necesitas.
Sentía la necesidad de irme, pero una fuerza más grande que mi voluntad me decía que era un buen día para quedarme en casa.
Mi mamá y mi hermano cada mañana como de costumbre se fueron de la casa, mi madre a trabajar y mi hermano a estudiar.
Ya que me quedaría en casa, dormir otro rato resultaba una buena idea, pero cuando me disponía a hacerlo, me llega un mensaje de mi padre, ¡si! mi padre. Me resultó bastante raro porque nuestra comunicación nunca ha sido de las mejores, pero después de todo quizás salir no era una idea tan descabellada, así que dije
¿Por qué no?
Me arreglé, tomé mis cosas y me fui.
Llegué al cafetín y esperé, esperé,esperé, por 3 horas exactamente, hasta que me cansé. Bastante molesta y decepcionada me levanté y me fui. En el trayecto me encontré con varias personas, amigos familiares y personas que no veía desde hace años, esa debía ser la mayor señal. Entre tantas personas me encontré con mi hermana, al vernos me pidió que la acompañara al banco y acepté, personalmente odio los bancos y todo lo que me haga esperar, pero no quería ir a casa. 2 horas pasé con ella esperando su turno, veía mi teléfono frenéticamente, estar pendiente de la hora era bastante necesario, pues vivo bastante lejos de todo y llegar tarde a mi casa tarde no era una opción.
En tono burlón pero con esperanza de una respuesta seria, le pregunto a mi hermana.
Parece una buena idea quedarme en tu casa.
Pero ella bien firme respondió con un rotundo
¡No!
Traté de contactar a varias personas que vivían cerca, pero nadie respondió, todos parecían tener planes, así que dejé de perder el tiempo y me fui a casa abordada por un aire de decepción.
Ya estaba cerca... un poco más de camino oscuro y llegaría a mi casa... faltaba tan poco... pero tu vida puede cambiar de un segundo a otro. 2 sujetos me tomaron por detrás y me metieron en una camioneta.
Toma su teléfono y haz las llamadas- Dice un hombre.
Primera llamada, mi madre. Nunca pone en perfil general su teléfono.
segunda llamada, mi padre. Nunca contesta después de no llegar a sus citas conmigo.
tercera llamada, mi hermana. No contesta después de las 8 de la noche.
Llamaron a todos y nadie respondió. Más de 100 contactos y nadie pudo contestar.
¿qué hacemos con ella?
Mi corazón estaba paralizado, no me habían asesinado y ya sentía que había muerto. La soledad me invadía y estaba a punto de acabar conmigo.
Bueno, podemos divertirnos un poco.
Después de horas de camino, por fin la camioneta se detuvo. Se que estoy en una casa de madera, pues escucho los chillidos que hace cuando la pisan, también sé que me encuentro bastante lejos de la ciudad, por las mañanas escucho solo pájaros y por las noches el fuerte ruido de los grillos, tengo aquí 3 meses y lo sé porque cada mañana escucho la alarma de mi celular sonando en algún lugar de la casa. Desde que llegué aquí solo conozco la oscuridad, tengo una venda las 24 horas del día, por eso mi oído se ha desarrollado tan bien. Todos los días hacen distintas cosas conmigo, corriente en mis genitales, pinzas en mis senos, golpes cuando decido luchar, me sacan los dientes si decido responder.
A estas alturas ya perdí la fe y toda esperanza. Desde que llegué aquí no he tenido ni una llamada, ni un mensaje. Nadie nunca respondió a mis llamados.
Nunca supieron donde estaba. Todo pudo ser tan distinto, cualquier cosa pudo salvarme, ir a la universidad, una madre con carácter que me obligara ir a clases, un padre llegando a tiempo, una hermana más atenta... un amigo.
Si tan solo alguien hubiese contestado el maldito teléfono yo estaría ahí... la diferencia estaba en un detalle pequeño.
Me gustó tu relato. Te sigo...
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