Mariquita y Culebra. Cuento

in #spanish4 years ago (edited)

Dicen los saberes callejeros que Culebra y Mariquita se casaron. Era un matrimonio que daba mucho de qué hablar. Mientras Mariquita volaba, la culebra se arrastraba. Ella andaba por los mundos y él buscando entre la maleza la comida para ambos. ¡insólito! De diferentes comunidades, era para criticar, pero ambos se enamoraron. Rosa y Julio, así se llamaban los enamorados.



Rosa muy coqueta, entre su color negro y pintitas rojas, encantaba su aleteo. Sonreía a todos los vecinos, sin importar su credo. Julio con una piel pálida, sangre fría y sus ojos color verde sin credo alguno, caminaba en silencio para no ser visto, no le gustaba la gente y desconfiaba de todos. Rosa decía siempre que nació para agradar, Julio decía ¡desconfío hasta de mí misma sombra! Julio era casero y Rosa callejera

[Fuente](

https://i.pinimg.com/originals/59/77/9e/59779e8b66af27cb07fed6e87efed53b.jpg)

Lo cierto es, ambos se casaron. Discutían por todo, excepto en la cama. Era el único sitio donde Julio se le metía a Rosa, dejándola noqueada y saboreando sus múltiples orgasmos. Con el transcurrir, Rosa paría mariquitas, culebritas, mariquitas con culebritas y culebritas con mariquitas. En el hospital, los médicos la conocían por sus diferentes y muchos embarazos. Con ella practicaron las múltiples maneras de parir: cesárea, natural e instrumental. En el momento de parir, hasta en la puerta del hospital más cercano, donde le agarrara el dolor, el latido impactante, Rosa abria su vagina con todo el conducto adormecido y engrasado; salía el bebé.


Rosa salía a trabajar y Julio cuidaba los hijos. En el hogar, dirigido por Julio, era una enseñanza individualizada y otro tema de discusión entre ambos. Adquirir la comida era, recorrer y recorrer malezas, rocas, árboles y sitios que jamás, pero jamás Julio pensó concurrir. ¡Sus hijos necesitaban los nutrientes necesarios para crecer sanos e inteligentes!, así decía. ¡cómo educo a un mariquita, y más a un coquiculebra o a un culecoqui!. Se decía Julio


Rosa se reía de lo hermoso que era su familia. Cuando la familia caminaba por las calles, se veían los dos agarraditos de las manos, logrando desviar y paralizar las miradas. Ver a la familia, era para tomarle fotos y guindarlas en las redes sociales. En su caminar llenaban toda la calle, era un desfile de culebras, mariquitas, mariculebras y culecmaris. Una población dentro de un hogar. Eran los momentos donde se veía un trípode de amigos borrachos: la luna llena, el fuego y el árbol entre los dos para caerse.

Las fiestas eran algo grandioso. En los matrimonios de los hijos, cantaron los amigos de Rosa. Entre los cantantes estaban los famosos: Saltamonte riki, el Ave Fenix chaquira, la Calabera Maikel, el Cráneo Binomio de Oro y el gran violinista el caracol David Oistrakh con la melodía del Ave María. Todos los matrimonios se celebraban en la sala de fiesta del gran Hotel Ojo. Rosa conocía y la conocían, logró hacer amigos en todo el mundo

En la actualidad, ya son abuelos. Imaginen un mariculebra casado con un rosa, un hongo con una culimari, un trébol con una culebra, un cisneconejo con un coquito, mariposa con culebra.

Un matrimonio disfuncional para los hombres de conocimiento. Razón tiene la misma vida: el conocimiento se elogia ante la ausencia de la sabiduría sin límite y la felicidad sin barreras.