Vaya viaje. Recuerdo que antes tenía muchísimos más pensamientos negativos y escribía mucha poesía. En vez de simplemente sufrir o molestarme por eso, me derretía en letras. Eso cambió, ahora tengo un control mayor sobre mis emociones: no tengo problemas con llorar, entristecer o sentirme melancólico y sé estar feliz, celebrar y entusiasmarme sin que ninguna de los dos sea extremo. Ali veo felicidad en que puedas entrar y salir de esas emociones. Ojalá hubiese leído algo así hace veinte años. Brillante.
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¡Esa es la clave y meta! ¡El equilibrio!
Pero que bueno que te drenabas de manera tan positiva, escribiendo.
Y lo mejor: ves la felicidad en lo negativo :')
Muchas gracias por comentar.
¡Saludos! :)