Cuando me vi furiosa por primera vez ante su ya evidente e innegable infidelidad, me sentí desesperada, decepcionada, abandonada. Por segundos pensé que me moriría, y al siguiente simplemente dejé de sentir, me apague.
Pasaron meses para yo siquiera superara la idea de imaginármelo tocando otra, me daba náuseas solo pensar en eso; pero había dicho que lo perdonaría y él estaba haciendo todo lo posible para ganarse mi confianza.
Yo no contaba con que se me aparecería un “Fulano” en mi vida: zalamero, chistoso por demás, alto, fornido, super bello. No teníamos 3 días de haber comenzado una discreta conversación laboral cuando me dijo “eres mía, ya nunca dejarás de pensar en mi”, y yo pensé “ja!, que creído”, y tenía razón, nunca dejé de pensar en él...
Me atrapó por completo. Debo admitir que no lo pensé mucho, al final hace mucho que la víctima de los engaños era yo, así que, porque no darme yo un “brake” en su propia medicina.
Fulano era un latinlover sin duda: increíblemente seductor, atinaba cada palabra, cada gesto, cada obsequio, cada mirada, me tenia derretida.
Cada vez me gustaba más, y él demostraba más atención, pero era intermitente: se perdía de ratos, pasaba horas sin escribirme, días, y eso de hacerme la dura ya me estaba costando cuando más bien quería pasar el mayor tiempo posible con él.
Mi esposo se enteró de la existencia de Fulano un día que como nunca antes lo había hecho, le dió por visitarme al trabajo y lo encontró sospechosamente sentado en mi escritorio. Fulano salió huyendo despavorido (tanta labia y era un vil cobarde), y yo me quedé ahí con mi rollo.
No tuvo que preguntar mucho, mi cara me delataba y si le hubiese dado por revisarme la ropa interior habría sentido lo que fue mi ultima hora de vida. Mi cara simplemente fue neutral, con tal, no tenía ni la más mínima culpa, él lo hizo tantas veces, que no me importaba ya lo que pensara, lo disfruté al máximo.
Lo miré, con mi cara así como si nada, y solo alcancé a decirle: ***sé por lo que estás pasando...*** le toque el hombro, luego salí de la oficina y me escondí en el baño hasta que el finalmente se fue de ahí.
PD: Ninguna de estas historias corresponden con mi vida personal... Sólo son historias que he ido recopilando de tantas que uno escucha o le cuentan!
Por eso uso el nombre "Fulano" para no hacer alusiones a ningún nombre y se malinterprete.
Las historias de Las Fulanas y Los Fulanos, aunque pintorescas van cargada de mucha realidad. Saludos...
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STOPTremendo despecho! Le aplicaron el ojo por ojo y diente por diente.