El Ello, el Yo y el Superyó - La descomposición de la psique

in #spanish7 years ago

La descomposición de la personalidad psíquica que hace Freud resulta muy interesante, mediante ella trata de explicar los conflictos internos del individuo y provee el objetivo central de todo el psicoanálisis. Freud divide la psique en tres partes: el Ello, el Yo y el Superyó


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Ello

El elemento más básico viene a ser el Ello, es la parte de la psique que actúa para satisfacer las necesidades del individuo, así como alcanzar placeres. Es una parte totalmente irracional. Busca el satisfacer de las necesidades, de los impulsos viscerales y de los deseos sin importar las consecuencias, la ética o la moral, puesto que nada de esto existe en esta división de la personalidad psíquica, la más primitiva de todas. Se aloja en una parte inaccesible de la personalidad inconsciente, donde también se encuentran los deseos reprimidos.

Superyó

Está por otro lado la contraposición al Ello que es el Superyó, este es el elemento represivo de la psique, se encuentra en un nivel tanto consciente como inconsciente y su función es impedir la libre toma de acciones por parte del Ello. Aprueba y reprueba acciones, es juez y verdugo al mismo tiempo y castiga al individuo cuando es necesario. A diferencia del Ello no es algo instintivo ni visceral, se trata de una construcción de toda una vida a base de las normativas sociales. Se rige por lo que la sociedad le ha enseñado al individuo sobre lo que está bien y lo que está mal. y por los valores y principios individuales. El Superyó se encuentra en constante conflicto con el Ello.

Yo

El tercero es el mecanismo regulador, el Yo. Opera en el área consciente y modera la actuación entre el Ello y el Superyó. Es quien percibe el mundo exterior a través de la consciencia y las percepciones , evalúa las amenazas y se basa en la razón. Freud lo considera un fragmento alterado del Ello.

Con esta fragmentación de la psique se puede explicar el comportamiento anormal (entiéndase anormal como fuera de las normas sociales) como un desbalance entre el Ello y el Superyó, y en el cual el Yo no está funcionando correctamente. Una persona que actúa a su propia voluntad de manera amoral con el sólo objetivo de complacerse o alguien que contrae actitudes represivas con él mismo o con los demás de una forma obsesiva pudiesen verse como algunos desbalances. Freud considera que la tarea del psicoanálisis es fortalecer el Yo, independizarlo del Superyó y ampliar su espacio de percepción de forma que conquiste espacios que pertenecían al Ello.


Esto es algo a muy grandes rasgos basado en la conferencia 31 de Sigmund Freud de 1932