Pues imagínate yo, que no he podido salir de viaje a esos caminos de Dios que ya tenía planificados, pues un repunte de la pandemia en Madrid, me ha retrasado mis planes, pero en fin, es sólo cuestión de tiempo. Los pueblos, sean éstos de donde sean, son siempre un tesoro. Yo disfruto perdiéndome por sus antiguas callejas, sintiendo su esencia, respirando ese aire cargado siempre de aromas de leyenda y tradición, que por desgracia, se va perdiendo a medida que nos van dejando las generaciones que nos precedieron. Pero es una ley de vida, de manera, que poco o mucho, me gusta por lo menos hablar de ellos, contar sus cosas, porque independientemente de que a la gente le guste o no, algo positivo conlleva: dejar memoria, testimonio de estos lugares que cada día se van quedando más solos. Ni te imaginas la gente que a veces me escribe, porque ha visto alguno de mis vídeos o de mis fotografías, para decirme: 'anda, mi padre o mi madre o mis abuelos eran de tal sitio'. Eso gratifica. Pero en fin, que me enrollo. Agradecido por tu visita y tu comentario. Un abrazo
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Otro abrazo para ti, es lindo leerte.
Muy bonita tu experiencia con esas personas que te escriben :)