Desde la ventana de mi cuarto, en la comodidad de mi cama se logra ver una estrella.
No es la estrella que más brilla entre todas pero es la que puedo ver desde mi ventana mientras pretendo ver la simplicidad de muchas cosas, pienso en que decisiones tomar y si mañana todo será igual a mi días anteriores.
Es la estrella que busco cuando al final del día hago el recuento de mis acciones.
Quizás es la estrella que nadie ve pero que yo veo, no me quejo de su esplendor por el contrario lo disfruto como si jamás hubiese visto una estrella, como si ella fuera la única o al menos es la única que puedo ver desde mi ventana, en la comodidad de mi cama mientras recuerdo eso que dicen: "No logras ver las estrellas sin la oscuridad". Y es cierto, con luz no logras ver muchas.
Quizás dicen eso por el hecho de que a veces mientras pasamos por malos momentos, cuando estamos en el hoyo...
Aprendemos muchas cosas, valoramos todas las "compañías", vemos cosas que no habíamos podido ver pero que ahora y gracias a la oscuridad precisamos con mucho detalle.
O quizás solo lo dijeron porque realmente sin la oscuridad no puedes ver las estrellas.
Lo cierto es que cuando estoy en la comodidad de mi cama, puedo ver esa estrella en el cielo y es la única que siempre ha estado únicamente en mi malas noches.