Ciertamente los evangélicos han lanzado sus candidatos a las diferentes elecciones presidenciales, pero este es el primer aspirante con un poder ante sus creyentes que catalogaría como descomunal.
Donde su pasado -y presente- lo dejan a un lado y ahora lo ven como el salvador para sacar de Miraflores a Nicolás Maduro, lo ven con el "enviado de Dios".
Como digo en el escrito, la opinión pública ya cambio, muchos -sobre todo los seguidores de Maranatha- han dejado atrás si es legítima o no la elección, ahora importa que hay un -supuesto- salvador para sacarnos del hoyo en que nos encontramos.